La America’s Cup comienza hoy en San Francisco y también puede acabar en los tribunales

 

El que tiene la Copa America de Vela tiene los resortes del poder y toma las decisiones que más le convienen. Así ha sido siempre y así vuelve a ser ahora, cuando “Oracle”, en San Francisco, está introduciendo en los barcos, con frecuencia casi semanal, normas y recursos técnicos nuevos que los demás equipos en liza tienen que aceptar en pocas horas. Hace poco, cuando introdujo un nuevo timón-estabilizador móvil, los demás equipos comprobaron con estupor que “Oracle” ya llevaba semanas entrenándose con ese resorte. De modo que en la Copa América volvió a hablarse, antes de empezar a competir, de abogados, recursos, tribunales y apelaciones. Neozelandeses e italianos están empezando a hartarse de los trucos de Larry Ellison y han empezado a usar palabras muy fuertes.

El primer desafiante del “Oracle” fue el equipo sueco Artemis. Pero en el mes de abril, en unos entrenamientos con el nuevo tipo de velero AC72, el barco sueco volcó y uno de sus tripulantes murió ahogado. Desde ese momento, más allá de la duda de si “Artemis” estaría preparado para seguir disputando la Copa, una verdadera cascada de normas de seguridad complementarias han inundado a los equipos. En total han sido 37 interpretaciones y reglas del director de la regata, que los Guardacostas han exigido ver cumplidas antes de dar su licencia de navegación.

Unas normas son lógicas, otras están haciendo que los marinos, que en Valencia trabajaban con camiseta y gorra, parezcan ahora astronautas, forrados de cascos, trajes de seguridad y chalecos protectores. Claro que en los entrenamientos se está hablando de velocidades de hasta 35 nudos, que son más de 60 kilómetros por hora.

Finalmente, hay reglas de última hora, que son las que cabrean porque se parecen mucho a trucos que el dueño de la Copa se saca de la manga. El reciente timón-estabilizador, por ejemplo, se duda de que sea muy útil para estabilizar unas máquinas gigantescas, de doble casco y una vela rígida de treinta metros, que, con buen viento, vuelan sobre las aguas sin tocar la superficie de las olas. “Luna Rossa” y “Emirates New Zealand” han amenazado con llamar a los abogados.

Y es que, desde el principio de este trofeo, los tenedores de la Copa de las Cien Guineas decidieron todo y lo hicieron a su favor: para empezar, trazaban las características de los veleros que habrían de competir y el lugar donde se diputaría la regata. De ese modo, durante décadas, resultó imposible que los veleros europeos cruzaran el Atlántico para ir a desafiar a los americanos en sus aguas. Pero así hicieron las cosas todos los tenedores del Trofeo: el primero Bertarelli, que diseñó su barco con ventajas evidentes sobre sus competidores.

Como se recordará, los abogados y jueces, se han llevado grandes bocados del presupuesto de los equipos en los últimos años. En el año 2007, cuando la America’s Cup de Vela se disputó en Valencia, el Alinghi, de Ernesto Bertarelli se hizo con la victoria. Pero cuando un equipo español creado al efecto le retó para ser el “challenger” en la siguiente edición, se abrió un agrio pleito, desencadenado por “Oracle”, que terminó en los tribunales de Nueva York, la ciudad donde se creó la regata. Ese pleito desembocó en un “cara a cara” -“Alinghi” contra “Oracle”- que se disputó también en aguas valencianas en febrero de 2010.

De todos modos, hoy comienza la Louis Vuitton Cup, que sirve para que los desafiantes (“challengers”) luchen entre sí para tener el honor de retar en solitario al “defender”, o defensor del Trofeo, que es el “Oracle” . “Emirates New Zealand”, el equipo sueco “Artemis Racing” y el italiano “Luna Rossa”, que son los que hasta el momento han puntuado mejor en las pruebas previas, comienzan a regatear el domingo entre ellos, después de unos días de exhibiciones, fiestas y ceremonias inaugurales que empiezan hoy a las tres de la tarde en el pabellón americano. El gran desfile de barcos será mañana, viernes, y el sábado y el domingo se celebrarán grandes evento aprovechando el largo puente laboral de este año en Estados Unidos.

Desde el punto de vista festivo y espectacular, los organizadores de la regata en San Francisco están echando el resto. Los conciertos de rock, que se suceden una noche tras otra, son el gran gancho para el público en el “Village”. Otra novedad es la colaboración de los dueños de grandes yates que los han puesto a disposición de la organización para que el público joven, mediante concursos o sorteos, tenga como premio poder salir un día al mar para ver la regata.

Ni que decir tiene que las instalaciones generales son infinitamente menos lujosas y más espartanas que las de Valencia en 2007-2010. Todo es mucho más sencillo y modesto ahora; a tenor de la crisis y de una forma de ver el mundo que no acepta que el Ayuntamiento regale dinero a equipos deportivos, sino al revés. En todo caso, cada equipo ha tenido que alquilarse instalaciones en los muelles de San Francisco, lejos del “Village” como es el caso de “Oracle” e incluso el Artemis se ha tenido que instalar al otro lado de la bahía, en Alameda, donde hay instalaciones de la Marina.

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