La ardua tarea de buscar piso para el próximo curso

 

El mes de agosto es, a nivel lectivo, uno de los más tranquilos del año sin embargo las cosas no son tan calmadas para aquellos estudiantes que se tienen que desplazar hasta la ciudad para seguir adelante con su plan de estudios. Agosto es un mes de lo más ajetreado para aquellas personas que deben buscar piso o habitación antes de que comenzar el nuevo curso universitario.

Esto nos permite ver una estampa de lo más curiosa por algunas calles de Valencia ya que en ciertas zonas, en las que tradicionalmente hay estudiantes viviendo, podemos ver un buen número de carteles en los que se anuncian los pisos y las habitaciones que se alquilan para el curso lectivo. Nos encontramos en plena era de la tecnología pero hay cosas que nunca cambian.

Los ‘buscadores de compañeros’ prefieren, en muchas ocasiones, seguir utilizando el sistema tradicional, el de la ‘pega de carteles’, para conseguir inquilinos para sus pisos, antes incluso que recurrir a Internet, una herramienta global que está al alcance de casi todo el mundo a día de hoy. Parece que ‘empapelar’ contenederos y farolas es un sistema mucho más efectivo. Los anuncios los encontramos en barrios en los que tradicionalmente viven estudiantes, es decir, en zonas próximas a las universidades, de manera que se llega de manera mucho más efectiva a los posibles arrendadores que pueden hacerse una idea de dónde está el piso anunciado.

Este es el caso, por ejemplo, de la zona de Benimaclet o de Blasco Ibáñez, puntos estratégicos para los universitarios por su proximidad con determinadas universidades, por la buena combinación de servicios públicos que hay para desplazarse a otras facultades que pueden quedar más alejadas si se opta por no ir a clase en coche y, también muy importante, por ser barrios con una gran variedad de locales de ocio, algo muy importante también para los estudiantes a la hora de ubicar su residencia en la ciudad.

El verano es en muchos casos una época tranquila para los estudiantes y las universidades, sin embargo hay un buen número de personas (alumnos y padres) que aprovechan el mes de agosto para recopilar teléfonos y empezar a hacer llamadas, ver los pisos y, si se tercia, reservar el que será su hogar por lo menos para el próximo curso.

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