Justo antes de que se seque la tierra, tras la inundación invernal, tractores con ruedas metálicas (gàbies) toman la marjal de l’Albufera. La «fanguejà» es uno de grandes espectáculos que brinda la responsable mano del hombre con el ecosistema y la naturaleza, con cientos de aves tomando la tierra húmeda en busca de alimento.
Durante las últimas semanas se ha venido practicando en las diversas zonas óptimas del terreno para prepararlo para el cultivo de arroz. Este sábado un privilegiado grupo de personas (entre 20 y 30) tendrán la oportunidad de disfrutar de la tradición y dejarse maravillar por la cultura valenciana y de una de las «estampas más características y espectaculares», concretamente, en El Palmar.
Algunos sobre bicis, otros sobre un carro de caballos, partiendo desde la Trilladora del Tocaio, podrán conocer los entresijos de esta práctica de la mano de la Fundación del Assut, dentro de su programación trimestral y por segundo año consecutivo. «Los camiones remueven la tierra y preparan el campo para la siembra que se producirá en mayo«, explicaron a VLC News desde la organización.
«Se liberan invertebrados grandes y pequeños y las aves, gaviotas y garzas, se lanzan a por ellos, dando lugar a un espectáculo maravilloso que vale la pena ver», continuaron.
El fangueo de los campos de arroz es el mejor sistema para gestionar el rastrojo, frente a la quema de paja, la roturación en seco del terreno o el abandono del rastrojo. Esta tarea permite airear la tierra e incorporar al suelo la paja y restos de la siega, además de aumentar la proliferación y riqueza de invertebrados que se convierten en alimento para aves.
Un estudio elaborado por la Fundación Assut demostró además que la «fanguejà» disminuye la formación de esas nubes de mosquitos («tarrantelles») propias del verano que además de ser molestas se traducen en una amenaza para la cosecha del arroz. En cambio, estos insectos crecen tras el uso de otras de las prácticas mencionadas.