El secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, calificó este lunes de «cínico, hipócrita y en muchos aspectos patético» el discurso del president de la Generalitat, Alberto Fabra, en el debate sobre el estado de la Comunitat.
Puig, quien siguió el debate desde la tribuna de invitados, señaló a los periodistas en el jardín de Les Corts que el discurso de Fabra estuvo en muchos aspectos «de espaldas absolutamente al sentimiento y la realidad de los valencianos».
«Que la gran noticia sea que los funcionarios van a cobrar la extra, que es un derecho», resume una intervención de Fabra «trufada de cinismo», censuró Puig.
A su juicio, la situación de la Comunitat es «muy difícil» y «muy grave», por lo que hacer un «triunfalismo sin límites» solo conduce a una «mayor desafección entre la política y la ciudadanía».
Puig reprodujo además el compromiso de Fabra contra la corrupción, pues «todo el mundo sabe que no es nada», mientras que respecto a la oferta de pactos alertó de que «no puede ofrecerlos aquel que los rompe, no es razonable».
Para el dirigente socialista, el discurso de Fabra fue «muy decepcionante», pero no espera ya nada de este president, «lo único que, más pronto que tarde, se acabe con este calvario para los valencianos».
Según Puig, la intervención de Fabra ha sido «una pérdida de oportunidad más para la Comunitat», pues el president «es hoy la cara de un proyecto finiquitado», en el que 20 años de gobierno de la derecha valenciana han conllevado a un 30 % de paro, de deuda y de exclusión social.
Además, consideró que se ha evidenciado que Fabra «vive fuera de la realidad» y «no es creíble nada de lo que dice», ni en la acción de gobierno en la Comunitat, ni en su reivindicación al Gobierno de españa, pues «dice una cosa aquí y lo contrario en Madrid».
Puig manifestó que se trata de «un final de ciclo muy claro», y por ello hay que exigirle a Fabra «que no haga más daño a los valencianos», pues «ya ha hecho bastante, y que no se vuelva a poner la Senyera por bandera», sino que actúe con responsabilidad.
Finalmente, exigió a «aquellos que han dado a los catalanes las cajas (de ahorro) y el Banco de Valencia, que se lo han regalado, que no hagan aquí anticatalanismo, que tampoco es creíble».