Rebelión en las Juntas

 

 

Llegó el día y como ya se venía anunciando desde los barrios, las citas de las Juntas municipales de distrito con los vecinos se tradujeron este lunes en plantones en salas de reuniones, concentraciones a las puertas de diversas sedes, masificación de algún pleno, abucheos y pancartas, goteo de ausencias y abandonos de representantes asociativos, vecinales y políticos, peticiones sin turnos de palabra, protestas en grito y escritos de quejas. Tránsitos, Ruzafa, Patraix, el Marítimo, Exposición, Ciutat Vella y Abastos salieron con un mismo fin: «sacar los colores al equipo de Gobierno». 

Desde que a finales de noviembre se convocaran para este lunes, 9 de diciembre, dichos plenos, los barrios han ido expresando su descontento y rechazo de forma rotunda y enérgica respecto tanto a las fechas, los horario, los plazos para presentación de preguntas y petición de intervenciones y, en general, las formas. «Está claro que quieren mermar la participación ciudadana, que no opinemos, despacharnos rápido y marchar sin dar respuestas», comentaron desde Federación de Asociaciones de Vecinos que, tras las elecciones que se celebran este martes, afirma que «estudiaremos la normativa para que esto no vuelva a suceder».

Y los antecedentes son los siguientes: la convocatoria de los 14 debates programados, dos por distrito, fue levantando apollas gradualmente. La gran mayoría se fijaron a las 16 (extraordinario) y 17 horas (ordinario). Los primeros a propuesta de los grupos de la oposición (continuación del debate sobre el estado de la ciudad que tuvo lugar en el último pleno extraordinario del Ayuntamiento). No obstante, las horas las fijó el equipo de Gobierno como corresponde. Pero habitualmente se realiza la última semana de cada trimestre tal y como se desprende del acuerdo al que llegaron todos los grupos. Pero, en esta ocasión y al parecer, se decidió hacer una excepción.

 Y las motivaciones de ello difieren más que un trecho según lo explica: según el PP, se podría haber realizado la convocatoria en horario matinal, por ejemplo, todavía más problemático para los ciudadanos. Según los barrios, la pretensión es acallar las quejas. Y la oposición se ha sumado a la indignación vecinal, pese a que «nada replicaron cuando no se nos concedió el turno de palabra a los vecinos», apuntaron también desde Federación.

Tan solo el del Marítimo se convocó a petición de los residentes del Cabanyal, que tuvieron que recoger firmas por un número mínimo equivalente al 1% de los vecinos censados en el barrio (en total recopilaron 2.053), tal y como contempla la legislación vigente. Concedido, tan solo se tuvo en cuenta las peticiones de consulta planteadas por estos.

Es decir, ningún otro barrio del distrino podría tomar parte. Eso sí, fue el único celebrado a las 19 horas y con cuatro puntos a tratar concretos (centrados en la búsqueda de diálogo para la consecución del futuro plan del Cabanyal y soluciones para erradicar el tráfico de drogas y la ocupación de viviendas, así como para el desbloquedo de licencias, tal y como avanzamos en VLC News).

En este escenario, se mascaba la ‘tragedia’ y, así, se sucedieron las muestras de desprecio barrio a barrio y de forma casi simultánea.  De este modo, en la práctica totalidad de distritos, tras los plenos extraordinarios -cuyo objetivo es el debate sobre el estado de cada zona-, los asistentes han ido abandonando las salas, ‘boicoteando’ la celebración de los ordinarios

Nazaret decidió no acudir a ningún pleno: «¿Para qué? No tenemos palabra y si no tengo opción, ¿qué hacemos allí?». Torrefiel dio plantón a las puertas, no en vano fue calentando motores a lo largo de la semana pasada y llamando a los vecinos a «la concentración y la nor participación». Patraix, Benimàmet, Abastos y Ruzafa fueron vaciando la sala tras el extraordinario.

La respuesta generalizada de los representantes del equipo de Gobierno fue dar cuenta del ejercicio, tomar nota donde cabía réplica y emplazar a los vecinos a respuestas por escrito. A las puertas, pitos y pancartas con lemas poco amables.

El caso aparte del Cabanyal reprodujo esquemas, pero la sala en este caso tuvo que colgar el cartel de completo. Con un aforo de 120 personas, se quedó corta y otro centenar de ciudadanos quedaron fuera -no en vano habían creado un evento en una red social con invitación a más de 4.000 personas-. En el pleno extraordinario intervinieron vecinos y la plataforma Salvem El Cabanyal y se despachó en 14 minutos exactos. Y los representantes del Ayuntamiento entregaron un documento de unas 20 páginas respondiendo a diversas preguntas registradas previamente, con el compromiso de reunirse con las agrupaciones de residentes siempre y cuando fuera con «el compromiso de trabajar» firme de todas las partes. 

Por lo pronto estos gestos no parecen a los vecinos «sinceros» ni «suficientes», a juzgar por los abucheos que dentro de la sala y a las puertas acabaron produciéndose y como expresaron. Además, la asociación del Cabanyal-Canyamelar y comerciantes aprovecharon para animar al resto de barrios que conforman el distrito del Marítimo a convocar una nueva Junta extraordinaria para tratar los temas que les afecten directamente -tan solo se han convocado dos plenos de este tipo a petición de los ciudadanos en la historia de la ciudad, los dos a cuenta del Cabanyal-.

Por su parte, el Ayuntamiento manifestó en unos y otros foros estar realizando la labor de gestión y diálogo como corresponde, tendiendo la mano al ciudadano y llevando a cabo un programa político respaldado por la mayoría de la población en las urnas

Los socialistas anunciaron que presentarán este martes «las acciones políticas y legales que se puedan derivar tanto de la forma en la que se ha convocado los plenos como de la negativa del concejal de Participación y presidente de la junta de Patraix, Ramón Isidro, a conceder la palabra a los concejales  de la oposición y a las asociaciones en la sesión extraordinaria».

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