Sin competencias, pero con ideas claras

Nuestra autonomía, hace 30 años, tenía conseller de Sanidad, Trabajo y Seguridad Social; pero los valencianos no teníamos transferidas todavía las competencias sobre los hospitales y los ambulatorios. ¿Éramos más felices o más infelices? ¿Quién sabría decirlo? Una entrevista que “Hoja del Lunes” le hizo al conseller, Miguel Millana, en 1983, es un retrato fiel de aquel curioso momento. Porque la Generalidad que presidía Joan Lerma, a pesar de las sensatas advertencias que se le hacían desde la prensa, aspiraba a tener competencias plenas en materia de Sanidad. Y a promover la sanidad pública a toda costa.

Mauricio Méndez, en noviembre de 1983, le hizo una entrevista, en “Hoja del Lunes”, al conseller Miguel Millana. Que comenzó diciendo: “esta es una consellería cuya gestión va a sentida muy directamente por el ciudadano. Está absolutamente demostrado que la sanidad es hoy mismo un problema fundamental –si no el número uno, que es el paro–  y en este sentido puedo explicar cuáles son las prioridades que nos planteamos”.

Las explicó, con pelos y señales. Y entre ellas estaba recibir, el 1 de enero de 1985, las competencias plenas en materia sanitaria. La espera era algo que desesperaba a los que tenían prisa. Pero, según el señor Millana, no había razones para apresurarse, sino todo lo contrario. Por más que el PSOE, desde una orilla y desde la otra del arco parlamentario, fuera espoleado, acusado de tibio y poco autonomista, porque se tomaba sus plazos. “Lo que nunca hemos perdido de vista es la necesidad imperiosa que tiene la autonomía de dirigir políticamente todo el tema de la planificación sanitaria”.

Millana explicaba sus contactos con el ministro de Sanidad, Ernest Lluch. Estaba a punto de crearse una comisión que ordenara el traspaso de las competencias. Y mientras tanto se planificaba la construcción de centros de salud que tendrían que estar disponibles en 1985. Con todo, el periodista, previsor, preguntó al conseller por “los enormes agujeros que tienen en la actualidad los grandes centros hospitalarios nacidos con una concepción casi faraónica”.

La respuesta de Miguel Millana, hay que reconocerlo 30 años después, fue de manual: el énfasis de lo público era sustancial dentro de los cánones del socialismo. Y así lo dejó bien claro el conseller en su respuesta al periodista: “La consellería es muy consciente de que el modelo sanitario vigente hasta ahora debe ser reformado. Pensamos que esta reforma pasa necesariamente  por un fortalecimiento de las estructuras de la salud pública, que se ha visto inexplicablemente relegada, tanto a niveles presupuestarios como de atención política. Pensamos potenciar la atención primaria con profundidad, porque es lo más rentable socialmente y la solución más correcta para los problemas de esta asistencia sanitaria faraónica que ha estado vigente hasta ahora”.

PUCHE

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