Calatrava culpa a la crisis pero él cobró su obra en Castellón

El arquitecto valenciano Santiago Calatrava ha declarado este martes, 28 de octubre, en el juzgado de instrucción número 5 de la Ciudad de la Justicia de Castellón en calidad de imputado dentro de la causa en la que se investigan supuestas irregularidades en relación con el proyecto de construcción del Centro de Convenciones de la capital de La Plana.

Tras la declaración que ha durado cerca de una hora, el despacho de Arquitectura de Calatrava ha repartido un comunicado en el que se defiende que el arquitecto cumplió «cada una de las fases establecidas en el contrato» para la construcción del Centro de Convenciones de Castellón y ha señalado que la obra no se ejecutó «por cuestiones devenidas de la situación económica nacional».

El juez que instruye esta causa, en la que se investigan las supuestas irregularidades en los contratos sobre el citado centro, por cuyo proyecto el arquitecto recibió 2,7 millones pero que finalmente no se ejecutó, no ha acordado ninguna diligencia.

En la vista, Calatrava ha respondido a las preguntas del fiscal, del juez y de su defensa, pero no a las de la acusación popular, que ejerce Esquerra Unida.

En el citado comunicado, el arquitecto asegura que su estudio realizó «un intenso trabajo» para desarrollar el proyecto del Centro de Convenciones de Castellón, «siguiendo las pautas del encargo realizado por la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana», dependiente de la Generalitat.

La declaración del arquitecto, que en principio estaba prevista el pasado 2 de septiembre, quedó suspendida al no poderle notificar la citación y no presentarse en el juzgado.

El Centro de Convenciones de Castellón era un proyecto de Santiago Calatrava que estaba incluido en el PAI Mestrets, pero la Generalitat decidió dejar en suspenso su ejecución a causa de la crisis económica.
El Consell pagó al arquitecto 2,7 millones de euros en concepto de redacción del plan director, anteproyecto y proyecto básico del centro.

En este procedimiento judicial ya han declarado otras personas, entre ellas, el exdirector general de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV) Nicolás Figueres, quien señaló que el Consell pagó a Calatrava por el Centro de Convenciones ante la amenaza del ingeniero de adoptar acciones judiciales en el caso de que no se abonara el pago.

EL ENTORNO DE CAMPS ASEGURA QUE NO SE AUTORIZÓ SOBRECOSTE

El entorno del expresidente de la Generalitat Francisco Camps ha asegurado que ni el exjefe del Consell, ni el gobierno autonómico ni nadie de la administración autonómica indicaron ni autorizaron «sobrecoste ni elevación» alguna en el proyecto del Centro de Convenciones de Castellón encargado al arquitecto Santiago Calatrava.

Este proyecto fue el resultado de un convenio del Ayuntamiento de Castellón y la Generalitat Valenciana por el cual el consistorio ofrecía el suelo y la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV) encargaba el diseño, según han apuntado las mismas fuentes.

En este sentido, afirman que todo el proyecto se realizó a través de los «trámites legales» que corresponde en todos casos y aseguran que la SPTCV rechazó una propuesta de proyecto «que estaba por encima en precio del inicialmente previsto».

LAS POLÉMICA OBRAS DE CALATRAVA

El famoso arquitecto valenciano no es la primera vez que acude ante la Justicia ya que son numerosas las polémicas que han acaecido a lo largo de su carrera y, que se centran, en su tierra, la Comunidad Valenciana.
Ejemplo la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Ágora, el Puente de la Constitución (Venecia), el Puente Zubi Zuri (Bilbao), Puente Vistabella (Murcia), el Puente Alamillo (Sevilla), el Puente Colgante (Jerusalén), parte de la Zona Cero (Nueva York) o el Palacio de Congresos (Oviedo), entre otros.

La Generalitat tuvo que llegar a un acuerdo recientemente –antes demandó- con el arquitecto por no garantizar la reposición del trencadís (el recubrimiento) del auditorio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Un trozo se desprendió hace meses y el gobierno valenciano decidió quitarlo entero para evitar males mayores. Desde su apertura, este auditorio ha sufrido también un hundimiento y una inundación.

También las goteras y la falta de entradas en el Ágora supusieron un quebradero de cabeza ya que hizo que el coste de este edificio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias casi duplicara el presupuesto inicial.

El proyecto inicial del Puente de la Constitución de Venecia no incluía un acceso para discapacitados, se retrasó respecto al plazo de entrega. El Tribunal de Cuentas italiano reclama al arquitecto más de tres millones de euros a él y sus ingenieros, acusados de daño al erario público.

También el Ayuntamiento de Bilbao tuvo que poner una alfombra antideslizante en el Puente Zubi Zuri para que los peatones no resbalaran con la lluvia y encargó a otro arquitecto unas pasarelas para hacerlo accesible. Calatrava demandó al consistorio por vulnerar sus derechos morales de autor, pero no ganó.

En el Puente de Vistabella en Murcia hubo que colocar moqueta sobre él, hecho que costó 60.000 euros y cabe destacar que su mantenimiento anual asciende a 20.000 euros.

En Sevilla, el Puente Alamillo, también ha generado problemas. En realidad es solo la mitad de lo que se proyectó inicialmente: iba a ser una estructura simétrica que comunicaba la isla de la Cartuja (donde se celebró la Expo de Sevilla de 1992) y la capital hispalense, pero no hubo dinero para más.

En febrero de 2004, la construcción del Puente Colgante de Jerusalén de entrada a la ciudad fue llevado a la Corte Suprema de Justicia por los vecinos que protestaban por el paso de un tren de cercanías. No faltan denuncias sobre derroche del dinero público y críticas al diseño.

El intercambiador de la Zona Cero de Nueva York Se irá abriendo por fases de aquí a 2015. Su presupuesto se disparó de 2.200 a 3.400 millones de dólares y no faltaron las críticas (The New York Times lo calificó de «monumento al ego»). Aún así, Nueva York le pidió después otra propuesta para que construya otra estación.

En Oviedo construyó el Palacio de Congresos y Exposiciones. Los ovetenses lo conocen como ‘El Centollu’. La cubierta móvil no se puede abrir ni cerrar por problemas estructurales y además, el edificio costó cinco veces más de lo presupuestado.

No obstante, el arquitecto valenciano de 63 años atribuye a defectos de ejecución y/o a la ausencia del “necesario mantenimiento” que requieren creaciones de esa calidad.

ÉXITOS: REQUERIDO COMO ARQUITECTO DE PRESTIGIO EN TODO EL MUNDO

De todas maneras sus éxitos se cuentan por centenares y es uno de los más requeridos arquitectos en todo el mundo.

El valenciano diseñó en su día todas las obras del viejo cauce del río Turia de ‘su’ ciudad, lo que supuso un claro vuelco hacia la modernidad y el vanguardismo. Dotó a Valencia de una nueva imagen, hecho que atrajo -y todavía atrae- a numerosos turistas nacionales e internacionales que disfrutan de esta obra.

En la actualidad el estudio del arquitecto Santiago Calatrava desarrolla obras en Estados Unidos, Brasil, Catar o Suiza.

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