La etiqueta de lo ambiguo

Las etiquetas han estado, están y estarán presentes en la sociedad por siempre.

Etiquetar es al ser humano como depredar al rey de la selva: un instinto básico y casi inherente desde el momento que venimos a la vida.

El feo, el guapo, el alto, el bajo, el gordo, el flaco, la rubia, la morena, la moderna, la clásica, la inteligente, la perezosa, el policía, la pastelera, el espabilado, la modelo, el truhán… Hasta hace unos pocos años no fuimos capaces de admitir la ambigüedad como otra simple opción de calificación social.

¿Por qué da tanto miedo la ambigüedad?

¿Por qué, en la mayoría de las ocasiones, esta palabra y su significado van unidos a un sentimiento de rechazo?

En el terreno de la moda, lo ambiguo – la indefinición de las actitudes u opiniones de una persona mediante sus palabras o comportamientos – ha sido el antecedente de lo andrógino, es decir, cuando los rasgos externos de una persona no se corresponden definidamente con los propios de su sexo.

El modelo bosnio Andrej Pejic es uno de los mejores ejemplos de androginia, ya que con 19 años sorprendió al universo de la moda al desfilar en importantes pasarelas como hombre y, también, como mujer hasta lograr, en 2011, su mayor hito cuando desfiló vestido de novia para Jean Paul Gaultier.

Aunque algún@s de vosotr@s podéis percibir este caso como algo extraño alejado de los convencionalismos fashionistas, lo cierto es que el estilo masculino o tomboy está pisando fuerte esta temporada. Se trata, simplemente, de combinar prendas masculinas como, por ejemplo, unos zapatos Oxford, pantalones altos y anchos de corte varonil, camisa blanca y blazer con sutiles toques femeninos, unos labios rouge o mini joyitas en cuello y manos, que afiancen ese juego ambiguo entre lo masculino y lo femenino.

Como en todas partes, también hay versiones extremas que suman, a este vestuario, caracterizaciones físicas y estéticas como son los peinados wet, cortes pixie, cejas extremadamente marcadas, rostros nude, ojos manchados… que dificultan a los espectadores, muy y mucho, etiquetar como hombre o mujer.

Jugar a vestir como hombres está más ‘in’ que nunca y prueba de ello son las muchas celebrities nacionales e internacionales que se han sumado a este experimento. Scarlett Johansson, Caroline de Maigret, Freja Beha o la española Eva González han sucumbido a este estilo que está pisando fuerte este tan ansiado otoño que, por fin, ha llegado.

ROSA L. CONDE

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