¿Por qué no un PER para el campo valenciano? Al reconocer la Constitución la igualdad de todos los españoles, si los agricultores andaluces gozan de un subsidio del campo, no entendemos por qué los agricultores valencianos no tienen derecho a recibir una verdadera indemnización alguna del Estado cuando las cosas vienen mal dadas. Solo por la problemática de la nula rentabilidad de los cítricos, en este mercado global que explota al campesino de la Comunitat Valenciana, ya tendría sentido. Pero si prestamos atención a las condiciones climatológicas extremas, como las que se han dado en el mes de febrero en nuestra tierra, la premisa adquiere aún mayor veracidad.
Si no llegamos a ese extremo, que, de todos modos, no es nada descabellado, al menos necesitamos una serie de medidas de urgencia, encaminadas a paliar los efectos que las heladas y el viento del pasado mes febrero causaron a diferentes cultivos de la Comunitat Valenciana. Parece ser el colectivo invisible por antonomasia, obligado a soportar desprecios, ser precioaceptante -aunque las cuantías a percibir, en la mayoría de ocasiones, no haga rentable el fruto, nunca mejor dicho, de su trabajo- y a sufrir el mayor de los olvidos por una sociedad urbanita que percibe el campo y su trabajo como algo del siglo pasado.
El poder político y la adminitración tienen la obligación de aportar una solución pronta, contundente, efectiva y con la vista puesta en minimizar al máximo los perjuicios sociales y económicos en el sector de la agricultura valenciana.
Las heladas y el fuerte viento, acontecidos durante el ecuador del pasado mes de febrero, afectó de manera especial a los cítricos, en especial a la popular mandarina ortanique. Unas condiciones climatológicas que han supuesto en la economía valenciana unas pérdidas estimadas en más de 3 millones de euros.
También se ha visto perjudicado, con una cuantía menor en cuanto a pérdidas, el sector de la fruta del hueso, con daños detectados en la producción de cereza en las comarcas del Vinalopó, Comptat y Marina Alta en la provincia de Alicante; así como del Alt Palancia y Baix Maestrat en la provincia de Castellón. Además, se detallan daños en la producción de melocóton en las comarcas de la Ribera Alta, la Costera y la Vall d’Albaida, y en la producción de hortalizas, todas ellas en la provincia de Valencia.