Las nuevas tecnologías han modificado la forma de comunicarnos, de informarnos y también han transformado los comportamientos de consumo. Según el índice de ‘ecommerce’ de Rakuten, que muestra las tendencias del sector a nivel mundial, la demanda de ropa y accesorios por Internet está impulsando las ventas globales y el crecimiento de esta forma de realizar compras a nivel mundial. En España, el 50% de los consumidores reconoce haber comprado ropa en la red.
Sin embargo, al igual que en el canal tradicional, en las compras online no todos los clientes son iguales. Cada usuario tiene sus peculiaridades y para las empresas es vital conocer los rasgos de comportamiento de los consumidores que deciden optar cada vez más por el comercio electrónico.
Según un análisis realizado por el portal Mercado Actual hay al menos ocho tipos de comprador online:
El impulsivo: Es un habitual del e-commerce y se deja llevar por el primer impulso. Le encantan las oportunidades del día y las ofertas de última hora, en ocasiones puede pecar de cierta falta de criterio a la hora de seleccionar qué y dónde comprar.
El buscador de gangas: Condiciona su compra si localiza o no un ‘chollo’. A veces, sin embargo, al otorgar tanta importancia al precio, puede pasar por alto otros factores importantes como la atención al cliente, los plazos de entrega, la garantía o condiciones de devolución.
El detective: Antes de comprar ha realizado un amplio proceso de información por diferentes páginas web y una exhaustiva recopilación de opiniones de usuarios en foros y redes sociales.
El forofo: Está tan plenamente convencido de las ventajas y bondades del comercio electrónico que prácticamente sólo compra por este procedimiento, y no duda, además, en defender a capa y espada sus pros frente al comercio tradicional entre su círculo más próximo.
El fiel: Parecido al anterior con la particularidad de que su amor hacia el comercio electrónico estará focalizado en unas pocas tiendas online de su confianza, incluso si el precio que le ofrecen no es el mejor.
El precavido: Es el usuario muy poca o nula experiencia previa en el mundo del ecommerce. Sólo compra en webs que le den máxima confianza o de las que tenga varias referencias, no gastará mucho dinero y sólo lo hará tras asegurarse de que el pago y todo el proceso de compra son es seguros y fiables.
El ponderado: Cree firmemente en el canal, aunque sin llegar a los extremos de apasionamiento del ‘forofo’ o el ‘fiel’. No se dejará llevar por las tentaciones como el ‘impulsivo’, pero tampoco necesitará tanto tiempo como el ‘detective’. En definitiva, su proceso de compra es racional y equilibrado.
El crítico: Examina con lupa todo el proceso de compra, desde la atención al cliente hasta los plazos de entrega, y no duda en quejarse si considera que el servicio recibido no ha estado a la altura de sus expectativas. Además, castigará a la tienda con comentarios negativos en foros si su queja no es atendida satisfactoriamente.