500 años bien llevados

Nos parece asombroso, pero el Gremio de Campaneros de la Comunidad Valenciana separa las campanas de más y las de menos de 500 años de vida y se quedan tan satisfechos. Las primeras, llamadas  “góticas”, son, por así decirlo, las campanas de mayor pedigrí, las que han conseguido una veteranía cuñada por la historia y han sido capaces de resistir olímpicamente el paso de tormentas, revoluciones, rayos, guerras, pedriscos y otras alteraciones, tanto naturales como artificiales.

Pero hemos de reconocer que perseverar durante cinco siglos en la tarea de informar a la feligresía de cuándo ha muerto un abuelo o un niño, cuándo es la Virgen o San Blas, cuándo el rey ha tenido un sucesor o cuando se consagra el Santísimo, es de un mérito extraordinario. Porque en los “muy viejos” tiempos la campana era, incluso, la que informaba de la hora de trabajar de los agricultores o cuándo había fuego en una casa…

En la Comunidad Valenciana, según el censo del Gremi de Campaners, hay 29 campanas de más de medio milenio de vida, si contamos con la “Santa María”, que este año se ha incorporado a la lista de las campanas más longevas desde el campanario de la iglesia parroquial de la Purísima Concepción de Bétera.

La “Santa María”, que mañana repicará solemnemente cuando salgan las obreras de la fiesta mayor de “Les Alfàbegues”, cuando las enormes plantas sean ofrecidas a la Virgen y cuando la solemne procesión venga a conmemorar la Asunción de Nuestra Señora es una campana no muy grande: tiene un diámetro de 53 centímetros y una altura de 48 centímetros de bronce a los que hay que añadir la madera del yugo.

La historia de esta campana es singular en tanto que en 1997 se quebró, por razones desconocidas. La bajaron, vieron los daños que tenía, decretó la parroquia la “jubilación” de la pieza y pasó a ser mostrada en el museo parroquial… hasta que llegó la posibilidad de una restauración patrocinada por la Generalitat. Fue entonces cuando viajó a Alemania, para ser reparada por Lachenmeyer. Y fue en ese tiempo, cuando se repuso el yugo de madera y todos los anclajes, cuando se llevó a cabo el estudio del Gremio de Campaneros que le hizo entrar como un cohete en esa gloria de las campanas valencianas de medio milenio.

Los campaneros, en efecto, vieron que el bronce que tenía una inscripción gótica que decía “aue/ maria/gratia / plena / dominus / te :» . Y además estudiaron los bordones y otras incisiones hechas por los fundidores en origen. Fue entonces cuando alguien recordó, rebuscando en crónicas y legajos antiguos, que en 1835, cuando la Desamortización de Mendizábal, se había producido, entre otros muchos, el abandono de la Cartuja de Portaceli, de la que se descolgaron tres campanas. Una viajó a Lliria, otra a Olocau y la tercera a Bétera, localidades vinculadas en lo religioso a la vieja Cartuja abandonada.

La consulta de documentos permitió reconstruir lo que se ignoraba: la “Santa María” de Bétera era una de las campanas de mayor presitigio del Reino de Valencia. Llegó allí cuando el emperador Carlos V reinaba, cuando el Palacio de la Generalitat se estaba construyendo. Se estudió la llegada y los movimientos de las tres campanas exclaustradas dentro del propio cenobio cartujano, ya que no siempre sonaron en el mismo lugar  ni la cartuja tuvo las mismas torres, espadañas y capillas. El resultado fue, por lo que se refiere a la “Santa María”, que es una de las que llegó al monasterio en 1513, datos contrastados por el estilo de su fundición.

Bétera, de ese modo, se unió a la lista selecta de campanas con cinco siglos de vida: son Valencia, Torrent, Soneja, Culla, Traiguera, Villena, Todolella, Morella, Olocau, Xábia, Alcalalí, Xeraco, Benifairó de les Valls, Castielfabib, Pina de Montalfrao, Elx, Ayora, Xixona y Biar.

En el año 2008, terminada su restauración y documentación, la “Santa María” volvió a sus “tareas parroquiales” como si nada hubiera ocurrido durante su periodo de baja. Tenía maderas nuevas, anclajes reconstruidos y estaba a punto para abordar, en el siglo XXI, su sexto siglo de actividad. La campana, según documenta el Gremio, “toca els dijous per a l’Exposició Major del Santíssim, realitza el toc d´elevació a missa Major, i és la campana que toca a mort d´Albat”.

Hoy, víspera de la fiesta, tocará en el Ángelus y durante la consagración. Y mañana, en ese 15 de agosto que Bétera solemniza con la Festa de les Alfàbegues, tocará junto a sus compañeras, solemnemente, a lo largo de varios momentos cruciales de la jornada cívica y religiosa. Como si nada hubiera ocurrido. Por la tarde, a las siete, durante la ceremonia religiosa mayor, ocurrirá un hecho muy especial: la “Santa María” volteará durante media hora seguida para celebrar su 500 aniversario.

Ir arriba