Editorial. En pro de la cultura audiovisual

Desde ayer lunes y hasta el próximo jueves los valencianos pueden disfrutar de una nueva edición de la Fiesta del Cine en más de 200 salas de toda la provincia. Tras las citas anteriores, el evento ya no esconde sorpresa y la masificación en las salas está asegurada.

El atractivo de los precios, 2,90 euros por entrada, y la fácil accesibilidad al evento – el primer año no se podían adquirir las entradas por Internet y las colas en taquilla fueron enormes – garantizan cuatro días de largo recorrido en los cines.

La industria cinematográfica española lleva años de larga travesía por el desierto. Quitando agradables sorpresas  como los éxitos de taquilla de 2014, el sector arrastra año tras año cifras de recaudación tan bajas que hacen tambalearse los miles de empleos directamente e indirectamente relacionados con el celuloide. Aunque la tendencia y no solo en nuestro ámbito más cercano, es al alza. Por fin se puede afirmar  que crece el número de espectadores en sala en toda Europa.

La subida del IVA cultural es una de las causas  que desde el sector se esgrime. Si bien es cierto que el aumento desproporcionado representa un duro golpe para los bolsillos, no lo es más que el ya de por sí altísimo precio de las entradas habituales. Aún con un necesario y exigible IVA cultural reducido -incluso diferenciado para las producciones propias y foráneas como en Francia-, el precio de la entrada sigue por encima de las posibilidades del ciudadano medio.

El éxito de la Fiesta del Cine radica precisamente en la excepcionalidad de su periodicidad. Si bien los precios y estructura de esos cuatro días no pueden tomarse como modelo para el desarrollo cotidiano del sector audiovisual, la industria debe tomar pertinente nota de que el público sí demanda y consume cine cuando sus precios son más asequibles.

La cultura audiovisual es un elemento fundamental para fomentar una sociedad rica, inteligente, formada y crítica. Como tal, merece el respeto y mimo de todas las partes, empezando por la propia industria.

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