¿Cómo celebrar un festival de artes escénicas sin teatro y sin dinero? Convirtiendo los dormitorios, salones, cocinas y terrazas de las casas de todo un barrio en escenarios y encomendándose al crowdfunding. En el Cabanyal esta novedosa fórmula ha funcionado. Ya van por la cuarta edición de ‘Cabanyal Íntim’, que se celebrará del 8 al 18 de marzo.
La cuenta atrás para conseguir pequeños mecenas que financien esta nueva edición del festival ha comenzado. En los próximos 38 días los vecinos del barrio marinero deben reunir al menos 3.500 euros. Hasta el momento se han contabilizado 230 euros aportados por nueve particulares. Las cantidades van de los 10 hasta los 200 euros. A cambio, los patrocinadores reciben como recompensa invitaciones, camisetas o entradas para el festival y los ensayos en función de su aportación.
El proyecto utiliza la plataforma de crowdfunding Verkami, en la que los artistas, diseñadores o directores de cine, colocan sus proyectos creativos y el público, si se siente identificado con la propuesta, escoge su recompensa y hace su pequeña donación para que se lleve adelante. Sólo si el proyecto consigue la financiación necesaria en el plazo previsto se hacen efectivas las aportaciones.
Si en el Cabanyal se alcanza esa cifra para cubrir los gastos mínimos, bajo el lema ‘Entre la realidad y el deseo’, el teatro, la danza, el circo, la música en directo, el cabaret underground, el mimo, el vídeo arte o la poesía dramatizada se instalarán en los hogares del histórico barrio que vive pendiente desde hace años del plan urbanístico municipal para prolongar la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar.
La compañía Francachela Teatro es la encargada de diseñar la ruta de teatro a domicilio articulada en una docena de piezas de arte en vivo, de pequeño formato y duración, creadas en función del lema del festival. Los montajes se representan en los espacios cedidos de forma altruista por sus propietarios o inquilinos varias veces al día durante los dos fines de semana que dura el festival.
Cada año, la propuesta teatral, promovida por la plataforma vecinal Salvem el Cabanyal, congrega a más de 4.000 espectadores de todas las edades que al mismo tiempo que disfrutan de las craeaciones artísticas conocen la arquitectura de un barrio declarado Bien de Interés Cultural en 1993 y a sus moradores, acostumbrados a vivir con la incertidumbre sobre el futuro de sus históricas casas.