Enrique García Hernán: “Hay que ceder para poder avanzar”

Aunque han pasado cinco siglos desde que naciera san Ignacio de Loyola, su relevancia como personaje fundador de la Compañía de Jesús –congregación a la que pertenece el el papa Francisco– sigue despertando el interés de los lectores. De la investigación de García Hernán emerge una figura con diversas facetas, que forjó su identidad a pesar de sus limitaciones y consiguió ser declarado santo por la Iglesia Católica.

A la hora de realizar una investigación sobre un santo, ¿teme descubrir más sombras que claros en su vida?

-Todas las personas tenemos luces y sombras. Todos tenemos claroscuros, y sólo al final de la vida uno puede saber lo que es correcto y lo que no. La vida de Ignacio ciertamente es complicada porque engloba dos vidas, la de soldado dedicado a la milicia, al ejército y al servicio de los nobles, y luego la vida de hombre de Dios. No es que una parte fuese clara y la otra oscura, sino que es alguien que fue de la compañía de Jesús, y tuvo tantas luces como sombras.

-¿Están los santos de moda?

-Las biografías de los santos son trabajos difíciles, porque no se trata de canonizar a un santo ni quitarle la gloria que ya tiene. En mi caso, lo que he pretendido es buscar al hombre que fue, que a pesar de sus limitaciones físicas –la enfermedad, su escasa locuacidad– hizo algo importante y notable, La Compañía de Jesús. Lo que pretendo ofrecer con esta biografía es darle respuesta a la pregunta de cómo fue posible que en medio de esas limitaciones pudiera crear algo como La Compañía de Jesús, y que a partir de se le declarase santo.

-¿Qué enseñanzas de San Ignacio de Loyola considera las más importantes de su legado?

-San Ignacio fue una figura que emergió como mediador, un hombre que tendía puentes y era capaz de conciliar elementos contrapuestos. Era un excelente mediador con una gran capacidad de dialogo, y al mismo tiempo de cesión. Lo que nos podría enseñar Ignacio no desde un punto de vista religioso, sino humano, es que en las actuales circunstancias en las que se encuentra España es posible una mejora si en medio de la negociación hay un poco de cesión. Hay que ceder, porque a veces no hay más remedio, sino no se avanza en la vida.

 

-¿Qué fuentes le han resultado las más valiosas para investigar la vida de un personaje del siglo XVI?

-Toda la correspondencia de Ignacio está prácticamente publicada, hay muy pocas cosas que no han salido a la luz. Para realizar la investigación recurrí a ciertos volúmenes de casi 7000 cartas, pero un recurso que utilicé enormemente fue el Archivo General de Simancas, para averiguar datos sobre su etapa como paje con Juana la Loca y en la Corte de los Reyes Católicos. Durante casi cincuenta años de su vida no se conocía nada de él, por lo que los Archivos de Simancas han sido de gran ayuda

-¿A qué tipo de lector se dirige su libro? ¿Es un público más selecto o está enfocado para un lector no tan especializado en temática religiosa?

-Está enfocado a un público general, con algunos conocimientos básicos de la vida de la historia del siglo XVI. Pero lo bonito de este trabajo es que cuando uno se adentra en la biografía de San Ignacio, no sólo conoce al personaje, sino que descubre la España del siglo XVI. De mano de Ignacio de Loyola se conoce mejor la España de los Reyes Católicos, la Guerra de las Comunidades, el descubrimiento de América, Felipe II… te adentra en la globalización pero sobre todo permite conocer mejor la historia de nuestro país en la primera mitad del siglo XVI.

-En su libro habla también de San Francisco de Borja, un personaje relevante en el panorama valenciano. ¿Cree que la literatura y el cine han mejorado o empeorado la imagen de los Borja en Valencia?

-Francisco de Borja es un personaje clave tanto en la historia de España como en la historia de la Compañía de Jesús. Francisco de Borja fue un noble en su tiempo, por lo que se convirtió en un personaje determinante en Valencia, que necesita ser redescubierto por los propios valencianos.

-¿Ve alguna relación entre San Ignacio de Loyola y el actual Papa Francisco?

-Veo en él una clara identificación con Ignacio. Se nota que es jesuita, que tiene el modo de proceder de la compañía, y tiene detalles que lo reafirman, como el hecho de llamarse Francisco, que le vincula con Francisco de Asís. El propio Ignacio de Loyola se fijaba en él como modelo a seguir, por lo que en ese sentido hay un paralelismo claro.

Ir arriba