¿Helado o yogur?

 

Caminando por el centro de la ciudad vemos como este tipo de establecimientos han proliferado de manera asombrosa: en las calles más transitadas vemos a personas de todo tipo disfrutando de una tarrina de estos yogures endulzada con todo tipo de salsas.

Los hay que llevan salsas de chocolate o caramelo, las más reclamadas, pero también hay gente que se decanta por salsa de mango, miel, fresa silvestre o dulce de leche. Luego hay una gran variedad de ‘toppings’ con los que acompañar tan refrescante manjar: desde frutas como la sandía, piña, kiwi o mango -las favoritas de los más pequeños- hasta las delicias propias de cualquier amante del dulce como la galleta caramelizada, virutas de chocolate, trocitos de Oreo o crocanti.

Estos postres están elaborados con yogur natural desnatado en su base, lo que se convierte en un reclamo evidente al tildar de ‘más saludable’ esta opción de refrigerio que los clásicos helados de sabores. Pero lo cierto es que La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado un estudio reciente sobre estos particulares yogures que tan de moda están este verano.

 

¿Yogur o helado?

Según el informe presentado por la OCU se deben diferenciar los yogures que se venden en los supermercados que los que se venden en heladerías o yogurterías, ya que las raciones servidas son diferentes y varían de una opción a otra. De esta forma y tras analizar los resultados del informe, se abre un debate sobre si estos yogures son realmente yogures o helados disfrazados de yogur. Los productos de yogurterías contienen de media un 23% de azúcar, una cantidad elevada en comparación con el resto de yogures –no superan el 15%- pero es una cantidad normal en los helados.

El aporte calórico de los yogures de supermercado es mayor por cada cien gramos que los que se venden en yogurterías, pero las raciones de los primeros suelen ser más pequeñas que las servidas en los segundos. Esto hace que ambos se muevan en torno a las 140 calorías por ración –eso sí, al añadirle cualquier tipo de topping al yogur la cantidad de calorías ingeridas aumenta-. Los que se venden en tiendas especializadas son menos grasos y tienen menos calorías, pero al servirse en raciones mayores que los que se venden en supermercados acaba resultando igual.

En cuanto a las bacterias lácticas saludables presentes en los yogures estos postres presentan una cantidad razonable para tratarse de un producto congelado, pero la proporción es muy baja para considerarse propiamente un yogur. La conclusión de la OCU es clara: se trata de un helado que sabe a yogur. Al considerarse un helado, sus cantidades de azúcar y grasas saturadas están dentro de la media. Un yogur natural sin azúcar aporta la mitad de calorías que uno de estos productos, tanto por el azúcar en sí como por el tamaño de las raciones servidas.

Pero lo cierto es que helado o yogur estos refrigerios están de moda y “todo el mundo que se acerca a probarlos, repite” declara alegre una de las empleadas de una conocida marca de yogurtería. Comprobamos como a partir de las 17.00 h el establecimiento llega a su ‘hora punta’ y no se deja de servir uno tras otro a clientes que disfrutan de su yogur personalizado en la propia terraza del local como paseando por las calles del centro.

Ir arriba