Superar la claustrofobia

La claustrofobia ¿se puede superar?

La claustrofobia ¿se puede superar?, vamos a leer un caso real de alguien que padece claustrofobia.

La cova de la Font Major de l’Espluga de Francolí, sin duda la mejor opción para iniciarse en la espeleología. Esta cueva por sus dimensiones, alcanza la séptima cueva más larga del mundo de entre todas las cavidades formadas en conglomerado. la entrada del agua, va creando una red de pequeños conductos que aumentan de calibre conforme el agua va disolviendo la roca. Las sucesivas capas de carbonato cálcico que va depositando el agua modelan, con el transcurso del tiempo, el interior de las cavidades. De este modo se forman las estalactitas, estalagmitas, coldas, columnas, banderas, etc. Por gran parte de estas galerías todavía transcurre un curso de aguas subterráneas que aflora al exterior por la Font Major, el punto donde nace el rio Francolí. Descubrimientos arqueológicos certifican la presencia humana en la cueva desde el paleolítico medio.

Al cruzar las puertas de acceso, nos invadió a todos una sensación inquietante que nos trasladó de inmediato a la vida y costumbres de nuestros antepasados. En ese momento todavía desconocía lo sorprendente y emocionante que podría llegar a ser introducirme en sus galerías. Nuestros guias nos lo mostraron con entusiasmo y esa paciencia se ganó nuestra confianza.

La entrada acondicionada e iluminada me transportó a un pasado mágico y lleno de incertidumbres. Pero pronto llegamos a la primera galería. Ahí me encontré con la claustrofobia, Sentí miedo, un vacío en mi estómago y un agovio intenso que progresaba por momentos. En ese momento me di cuenta que el miedo se puede apoderar de ti en cualquier momento y verte depronto paralizado, sin poder escuchar a nadie de tu alrededor que intenta ayudarte y sólo oír el no no puedo…….en tu mente.

La claustrofobia es irracional, imposible de describir porque tus actos no tienen lógica, sin razón, completamente opuestos al sentido común. Ni tan solo tú sabes porqué te está sucediendo. Pero sólo tienes miedo. Miedo a la asfixia, miedo a sentirte obstaculizado, limitado, reducido, impedido. Hasta el punto que la situación te incapacita para tomar tus propias decisiones. Pero lo peor de todo es que no sabes porqué, eso se llama claustrofobia.

Los huecos por los que debiamos introducirnos, apenas había espacio para nuestro volumen corporal y teniamos que arrastrarnos para que los brazos pudieran hacerse paso y tras ellos el resto de nuestro cuerpo. Dos compañeros de la ruta decidieron abandonar. Entendí su decisión puesto que el respeto por continuar la ruta me estaba ganando.

Mientras observaba cómo regresaban a la salida acompañados por uno de los guias, miré a mi alrededor y era tan bonito lo que veía que sabía que tenía que continuar. No me lo podía perder. Confianza necesitaba.

Un instante fué el que me hizo tomar la decisión de continuar.

Dejé de escucharme sólo a mí misma y sin pensar empecé a avanzar. No quería perder la oportunidad de vivir esa experiencia. Confiar en las palabras de los guias y aceptar la mano de tus compañeros, recobró la confianza que había perdido gradualmente.

Me fuí acostumbrando al espacio reducido mientras me sentía segura al mismo tiempo. Sin apenas darme cuenta estaba realizando una terapia de desensibilización. Este método obliga a los pacientes a enfrentar sus temores con la exposición completa a cualquier miedo que están experimentando. Esto se hace generalmente de manera progresiva a partir de exposiciones menores hacia exposiciones severas. Mientras que la terapia está en curso, el tratamiento farmacológico es un complemento para que los síntomas de pánico sean más manejables. Los medicamentos contra la ansiedad son los más utilizados. Son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o las benzodiazepinas.

Materiales:

En las cuevas reina la más absoluta oscuridad y es necesario portar en el casco leds luminosos para poder avanzar. Su principal característica es que consumen menos energía que las bombillas habituales por lo que la autonomía de las baterías es mucho mayor. Su principal inconveniente es que son bastante mas caros.

El casco es fundamental en esta actividad ya que nos protege la cabeza de golpes y posibles caídas de piedras y es donde llevaremos sujeta la iluminación. Quedarse sin luz supone perderse y no saber si uno saldrá con vida de la gruta. El guia nos hizo apagar la luz y nos demostró el verdadero miedo.

El miedo a la oscuridad o a quedarse atrapado en las entrañas de la tierra, en un ambiente negro, húmedo y silencioso, sería lo más parecido a la muerte.

El calzado debe ser de suela fuerte y adherente. Botas de montaña o trekking si la cavidad es seca, y si es muy húmeda o con agua unas botas impermeables de montaña.

Como esta cavidad es acuática, en gran parte de la misma hay que progresar nadando o estar mucho tiempo en el agua fría. Por lo tanto hay que ir provistos de traje de neopreno.

Los 900 metros de ruta a los 10 minutos de iniciar el recorrido, ya nos parecían pocos. Todos los compañeros sabiamos que regresariamos. La espeleología ya nos había conquistado.

Texto por Laura Rodero Bonet

 

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