Pérez Gellida publica «Dies irae», segunda entrega de su «novela en tres partes»

 

Los problemas de insomnio que con frecuencia aquejan a Pérez Gellida (Valladolid, 1974) han desembocado en la forja de un escritor, un autor en ciernes al que ha apadrinado el exfutbolista y empresario de la comunicación Michael Robinson, y por cuya trilogía se han interesado ya varios productores.

«Cuando empecé a escribir no tenía en la cabeza ningún proyecto de trilogía ni estructura o guión, sino un problema de insomnio que traté de combatir mediante el trazado de historias para poder conciliar el sueño», ha explicado este viernes quien ha decidido dejar la publicidad por la plena dedicación a las letras.

Ahora vive en Madrid, donde dedica muchas horas a la documentación y redacción de «Versos y trocitos de carne», el lema de una trilogía consagrada al género policiaco, a la novela negra, con los mismos personajes pero ubicados en distintos lugares, ahora en la antigua Yugoslavia y en Trieste (Italia).

Si «Memento mori» fue el primer eslabón, presentado hace apenas ocho meses, ahora acaba de ver la luz «Dies irae» y a comienzos de 2014 lo hará «Consummatum est» para cerrar este bautismo en las letras cuyo éxito ha supuesto para él «una sorpresa mayúscula».

«Tal y como está el mercado, llegar a publicar ya constituye todo un logro porque las editoriales suelen apostar por títulos y autores concretos, casi nunca por un novel», añadió el autor.

Como escritor a contracorriente dentro del género policiaco se ha considerado Pérez Gellida, ya que aporta «ingredientes distintos o no muy habituales en la novela negra», como el descubrimiento del nombre del asesino al comienzo de la narración.

Más que la intriga relacionada con la identidad del asesino, a Pérez Gellida le interesan las razones por la cuales delinque Augusto Ledesma, el protagonista de sus novelas, diseñador gráfico, experto en documentoscopia y asesino en serie.

La psicología del asesino centra buena parte del medio millar de páginas de cada uno de los tres relatos, para lo cual ha contado con la ayuda de un inspector del Cuerpo Nacional de Policía especializado en homicidios.

Al igual que hizo en «Memento Mori», donde el título de los capítulos son frases de canciones de Enrique Bunbury, ahora es el grupo de Vestusta Morla quien presta sus letras a Pérez Gellida para encabezar o formar parte del texto, en un intento de trasladar las emociones que tiene y no puede expresar un asesino que antes, durante y después de sus matanzas «siempre tiene una canción en la cabeza».

Su forma de redactar, añadió este nuevo escritor, guarda relación con la escritura cinematográfica: «veo una escena, la visualizo primero y luego la traslado al papel», lo que a su juicio explica el interés mostrado ya por «dos o tres productores» con vistas a una versión fílmica.

Antes deberá concluir «Consummatum est», previsiblemente a comienzos de 2014, «tres novelas en menos de dos años», ha destacado, con la cual cerrará la trilogía aunque dejará la puerta abierta para que algún personaje pueda formar parte de futuros relatos. 
       

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