Tener un jardín en casa es un lujo que está a la altura de muy pocas personas. Un buen césped, seguido de una tumbona entre dos árboles es algo similar al paraíso. Un lugar donde se pueden hacer largas siesta mientras sopla una agradable brisa veraniega.
El problema es cuando te toca el típico vecino gorrón que se cuela en tu jardín. Pero el problema es todavía mayor si el que vive a tu lado es un oso negro. ¿Imposible?, pregúntenselo a un ciudadano de Daytona Beach, en el estado de Florida.
Un oso de un tamaño considerable entró en un jardín y se acostó durante 20 minutos en la tumbona. Cuando Vincent James abrió una de las ventanas de su casa y se encontró al oso descansando en su hamaca no podía dar crédito a lo que estaba viendo.
Según contó el hombre en la BBC, el animal estaba en el jardín «relajado como si fuera un turista o algo así». Pero la situación llegó a ser aún más surrealista., ya que cuando el oso se marchó no lo hizo definitivamente. Al rato volvió a su jardín y se quedó allí un poquito más. Después de recuperarfuerzas el animal se marchó al bosque como si nada.