Detención de uno de los presuntos yihadista

Prisión para los seis yihadistas que enviaban armas a Siria desde la Comunitat y Ceuta

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha decretado el ingreso en prisión incondicional para seis de los siete presuntos yihadistas que fueron detenidos el pasado domingo por suministrar dinero, armas de fuego, equipos electrónicos y material para la fabricación de explosivos a las organizaciones terroristas Daesh, según informaron fuentes jurídicas.

El magistrado ha tomado esta decisión después de interrogar durante toda la jornada de ayer a seis de los acusados. Fueron detenidos en varios municipios de Alicante, Valencia y Ceuta por introducir este material en contenedores cerrados y enviarlos desde puertos españoles a zonas de Siria, controladas por el Daesh, en cargamentos que simulaban llevar material humanitario a las zonas de conflicto. Velasco les atribuye varios delitos, entre ellos pertenencia a organización terrorista y financiación del Estado Islámico. El séptimo comparecerá este jueves en la Audiencia Nacional.

Lo operación contra yihadistas que puso en alerta a la Comunitat

La Policía Nacional investigaba desde 2014 el aparato logístico de los terroristas, que había actuado anteriormente en «varios países de Europa» hasta asentarse de forma definitiva en España para realizar los abastecimientos de material militar y las actividades de financiación y blanqueo de dinero. Los detenidos eran cinco españoles de origen sirio, jordano y marroquí, y dos residentes en España de origen sirio y marroquí, de los cuales cinco han sido arrestados en las localidades alicantinas de Crevillent, Muro de Alcoy, Alcoy, Alicante, y Alquería de Aznar, otro en Ontinyent (Valencia), y uno en Ceuta.

Según el Ministerio del Interior, el grupo de yihadistas, que se caracterizaba por su «perfecta organización» y la distribución de sus cometidos, estaba liderado por un dirigente que mantenía «constantes relaciones con un integrante de Daesh«, que, en alguna ocasión, le solicitó que captase a mujeres para casarlas con miembros de la organización terrorista en Siria.

El jefe de la red, que centralizaba toda la actividad a través de un complejo entramado empresarial que le permitía realizar envíos de materiales en contenedores cerrados, ejercía un «liderazgo permanente basado en la confianza, en intereses compartidos y en un ideario radical afín».

 

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