Llíria condena el asesinato de las dos mujeres tiroteadas ayer en plena calle. Más de 200 personas se han concentrado a las puertas del ayuntamiento para mostrar su dolor por la muerte de dos de sus vecinas fallecidas ayer tras ser tiroteadas por el exmarido y exsuegro de las víctimas. El acto se ha celebrado después de un pleno municipal en el que el Ayuntamiento ha mostrado su condena «con absoluta rotundidad» a los dos crímenes.
En el pleno de urgencia, se ha leído un manifiesto firmado por los cinco portavoces municipales. El texto, que ha sido leído el alcalde del municipio, Manuel Civera, resalta la condena «con absoluta rotundidad de los asesinatos y anima a la ciudadanía a ser proactiva y construir una sociedad que no permita la violencia».
Del mismo modo, señala que la violencia contra las mujeres es «el símbolo más brutal de desigualdad» y considera los asesinatos como «una intolerable violación de los derechos humanos». Civera también ha mostrado «la plena solidaridad» del Consistorio con «hijos, amigos y familiares» de las víctimas, madre e hija de 67 y 46 años.
De igual modo, ha animado a las mujeres que sufren estos casos a que «no traten en solitario con el maltratador» y lo pongan en conocimiento de las administraciones. El manifiesto se ha leído, posteriormente, en la concentración silenciosa en la que han participado el equipo de gobierno, concejales de los grupos y ciudadanos, entre ellos alumnos de colegios vestidos de uniforme, que portaban pañuelos y lazos morados, color símbolo de la lucha contra la violencia de género. Para esta tarde, está prevista otra concentración en la misma plaza.
En declaraciones a los medios, Civera ha insistido en que las mujeres «deben de saber que vamos a estar a su lado» y ha lamentado que, en este caso, «aún habiendo todos los protocolos, el miedo ha hecho que no fuera posible prever este desenlace».
Cuestionado sobre la situación del menor, ha confirmado que se trata de un pequeño de 3 años, que actualmente se encuentra con su tío. El primer edil ha indicado que el asesinato ocurrió de modo «muy rápido» y ha apuntado a la posibilidad de que el exmarido, de 41 años, y la exmujer mantenían una relación que ocultaban. El presunto asesino de las dos mujeres se entregó ayer mismo a la Guardia Civil. El hombre, exmarido y exyerno de las víctimas, pasó a las dependencias de la Guardia Civil tras la negociación de su abogado con las fuerzas y cuerpos de seguridad.