Cocinar antigripales

Cada invierno lo mismo. Pañuelos, estornudos, mocos, dolor de cabeza, tos, dolor muscular, fiebre, vómitos, diarrea… Y titulares sobre la epidemia de la gripe en todos los medios acompañados de vacunaciones, analgésicos, descongestivos nasales, expectorantes…
Fuera de los grupos de riesgo (ancianos, enfermos crónicos de vías respiratorias y pacientes pediátricos) ¿Por qué un año me resfrío o paso un proceso gripal y otros no? ¿En qué condiciones me encuentra la llegada del frío para atacarme con un constipado?
El resfriado y la gripe son enfermedades de descarga a través de las cuales eliminamos excesos (de nutrientes, de residuos que entran en nosotros por la comida, el agua, el aire…) y que el cuerpo activa para reequilibrarse.
Por eso, ya en otoño, en octubre, se suelen producir los primeros brotes. En verano nos hemos sometido a muchos excesos de azúcar, helados, líquidos fríos, crudos, aceites…de los que el organismo se quiere deshacer. Y para eliminar esos tóxicos tenemos cuatro vías: la respiración (vía de salida de hasta el 70% de toxinas, entre ellos el dióxido de carbono), la transpiración (sodio, urea…), la orina (ácido úrico, urea, cloruro de sodio) y las deposiciones intestinales (celulosa, mucosidades y otros residuos secos).
También el movimiento, el deporte, la danza, el canto, las tareas de casa, la expresión de sentimientos y el trabajo diario son actividades que nos ayudan a eliminar otros porcentajes de toxicidad.
Pero cuando el organismo está saturado y con estas vías no hay suficiente, comienzan otros procesos más intensos: la nariz chorrea, se producen vómitos, fuertes sudoraciones, diarrea… Tóxicos, ¿para qué os quiero?
Este año me ha tocado. Después de cuatro inviernos sin usar pañuelos, unas Navidades de desajustes alimenticios y maratonianas jornadas de ordenador, el cuerpo me ha dicho stop. Y esta es la respuesta más sabia ante un resfriado. Párate. Descanso obligatorio.
Lidié con mi grifo abierto en la nariz, dolor de cabeza, muscular y fiebre. Y para estos casos: cama y una dieta sencilla, desintoxicante, que nos caliente y limpie las vías respiratorias.
Por unos días: nada de grasas ni ensaladas crudas, nada o muy poca proteína animal, verdura cocida, sopa de miso, arroz cocinado con brócoli y cebolla, poca sal, cero azúcares y cero harinas refinadas.
Y la medicina natural. Para limpiar las vías respiratorias: Raíz de loto. Léase en su etiqueta: expectorante, tónico pulmonar, mucolítico, descongestionante, bactericida e inmunoestimulante. La receta: poner una cucharadita de polvo de loto (herboristerías) en una taza de agua, con una pizca de sal marina y unas gotas de jengibre fresco. Calentar y apagar el fuego cuando comienza a hervir.
Para desinflamar la nariz y disolver la acumulación de mocos: Té de jengibre. Receta: Rallar un trocito de raíz de jengibre fresco y poner a infusionar en un vaso de agua hirviendo. Colar y tomar el líquido.
Para eliminar el dolor de cabeza, reducir la fiebre y los problemas intestinales: Té de Kuzu (almidón extraído de la raíz de la Pueraria Hirsuta Matsum). Receta: Diluir una cuchara pequeña en un vaso de agua fría, calentar un minuto a fuego muy bajo hasta que el líquido se torne transparente y tomar con unas gotas de jengibre.
Y también para la tos y el dolor de cabeza y sudar para favorecer la limpieza, un Té de Chalota (similar a la cebolla). Picar tres cucharadas de chalota y mezclar con la misma cantidad de miso. Añadir un vaso de agua muy caliente, remover, dejar reposar un minuto y tomar. Con ello, bien abrigado, a la cama. Y que usted lo sude bien!

Mercedes Morales

www.mamabio.es

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