Comunicar es fácil. Hablar de mil y una ideas también. Pero, no escuchar al consumidor, es un pecado capital. No dialogar con él, es comunicar sin obtener feedback. Si tras una idea, se encierran otras y así sucesivamente, estará abocado al desastre en su política de comunicación. Si lo que quiere es comunicar y dialogar con sus clientes o potenciales clientes, entonces, tenga las ideas bien claras. Una idea, un objetivo y transmítalo.
El cliente no quiere complicarse la vida buscando un producto o servicio que requiera un esfuerzo por su parte. Sus necesidades las tiene bien definidas y sabe lo que quiere y si no las tiene, será su simplicidad la que le ayude a tomar una decisión, clara, directa y rápida. Por lo tanto, cuando comunique, téngalo bien claro. Comunique una emoción, una idea y vaya directo al corazón del consumidor y dialogue.
Le pongo un ejemplo. Si usted trabaja en una inmobiliaria y un cliente quiere comprar un piso. Debe saber que, en los primeros 90 segundos, el cliente tomará una decisión de compra a favor o en contra sobre el piso. Si dispone de un gran piso, pero el recibidor, la puerta de entrada y el pasillo están descuidados, seguramente la venta la habrá perdido. Y tal vez el cliente no quiera seguir con la visita, pero la primera impresión ya está hecha. Y el impacto ha sido negativo. No descuide ningún atributo de su producto o servicio. Puede tener el mejor producto, pero si este está acompañado del peor servicio postventa… ya conoce la respuesta.
¿Sabe lo que quiere como empresario? Recuerde, una acción y simplifique al máximo su campaña de comunicación. Y la palabra ¨simplicidad¨ no significa, banal y débil. Cuantas veces ha tenido un profesor que le explicaba una lección y sus palabras grandilocuentes y sus tecnicismos enrevesados acababan por aniquilar el aula y esta entraba en un profundo sueño. Por el contrario, un profesor que explica con emoción, con anécdotas, con metáforas, que hace partícipe a los alumnos, que utiliza un lenguaje simple (en función de la materia y de los alumnos) que es capaz de involucrar al alumnado y que transmite su conocimiento con gran claridad en todas sus exposiciones, entonces, hemos encontrado a un buen profesor, a un buen orador.
Su campaña de comunicación debe planificarla a lo largo del tiempo, distribuir su presupuesto en varias campañas y acciones comerciales. No realice una gran campaña hoy y el resto del año, desaparezca y deje un espacio demasiado grande como para no ser recordado en la mente de los consumidores. Busque la notoriedad. Busque estar presente en la vida de todos ellos. Haga encuestas para ver si su marca está en su memoria. Ganar un cliente, es costoso y tarea ardua. Pero perderlo es cuestión de segundos, de una mala acción y el trabajo de meses se pierde.
Y usted ¿Comunica y dialoga todo el año? ¿O desaparece 364 días?
Emil Serrano
Consultant Marketing