A lo Benítez

El Granada es un buen equipo. Al menos, presenta todas las características que definen a un buen equipo en una liga con la competitividad tan definida como la española. Combina jugadores aguerridos con hombres de toque, se despliega en las contras de forma aseada y tiene futbolistas en punta que pueden materializar las ocasiones generadas. Un buen equipo. Lo demostró en el primer cuarto de hora, cuando el Valencia pasó los mayores agobios y tuvo que cambiar su plan de acción.

Hasta ocho remates a portería de los Buonannote, Pereira, El Arabi y compañía. Ese fue el balance en los primeros treinta minutos. El Valencia no acababa de arrancar, aunque la actitud del día del Betis o de la infame noche en Cornellà había desaparecido. Predisposición. Vocablo que tanto gusta a los entrenadores y que los jugadores demostraron en el primer acto.

El Valencia ha cambiado. El sufrimiento tiene estas cosas. Pasarlas canutas en las primeras jornadas ha modificado la idea futbolística de Djukic, especialmente a domicilio. Se acabó el buscar un partido abierto y el enfrentamiento directo con el rival. Los once jugadores han pasado a ser once soldados obedeciendo órdenes: líneas juntas, repliegue rápido para evitar las contras y solidaridad defensiva. No fue suficiente para evitar las ocasiones locales, pero sí para que Alves no padeciera en exceso, más allá de un remate clarísimo de cabeza dentro de área pequeña de Buonannote. Encajar un gol con la testa por parte del jugador más bajito de la Liga sería algo muy típico por estos lares, pero por suerte no hubo que lamentar semejante ‘honor’.

Sólo a partir de la media hora el Valencia se atrevió a merodear el área de Roberto, sin demasiada fe. Jonas y Pabón finalizaron un par de jugadas para recordar a los de Alcaraz que estaban sobre el césped. El partido dejó a un lado las ocasiones para convertirse en una batalla en la medular. El tremendo ‘agujero’ en banda izquierda fue solventado con el paso de los minutos. Poco a poco el partido se equilibró. Todo quedaba abierto para el segundo acto de una obra algo sosa.

El asunto no mejoró en demasía tras la reanudación. Los blanquinegros, blancos en el día de ayer, se hicieron con el mando del choque después del paso por vestuarios. Pero fue un dominio supérfluo y sin consecuencias. Sin ocasiones, ni pegada. El balance total de remates entre palos es significativo: menos de media docena en noventa minutos. Apenas un trallazo de Guardado y utro disparo de Canales desde media distancia, ambos con buena respuesta por parte de Roberto. Así es difícil ‘rascar’ nada a domicilio.

El cántabro fue una de las tres modificaciones que Djukic introdujo con casi media hora por delante. El mediapunta, junto a Feghouli y Bernat, no ayudaron a dotar de velocidad y profundidad al Valencia. Generaron poco peligro. Menos, sin duda, del que corrió Diego Alves con un recorte de tacón al delantero en a dos metros de su portería. El brasielño, un partido más, estuvo impecable en el -poco- trabajo que tuvo.

Y así iba a acabar el partido, sin pena ni gloria. Sin ocasiones claras para un Valencia que pecó de escasa ambición a domicilio. El miedo a perder, quizá. La poca confianza a domicilio, probablemente. La necesidad de sumar, con toda seguridad. ¡Qué cosas! En la última jugada, con el descuento cumplido, una recuperación de Banega acabó en pies de Canales y su centro raso encontró a Jonas. ‘O Salvador’, «once more time». El brasileño había pasado sin pena ni gloria toda la noche. Tocó una. Fue suficiente.

 

Ficha técnica

Granada. Roberto; Nyom, Diakathe, Murillo, B. Angulo; Iturra, Recio; Brahimi, Buonannote, Pereira; El Arabi (Riki 68′).

Valencia CF. Alves; Joao Pereira, Victor Ruiz, Mathieu, Guardado; Fuego, Banega; Pabón (Bernat 63′), Jonas, Fede; y Postiga (Canales 71′).

Goles

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes. Mostró amarilla a Fuego (min. 18), Jonas (min. 27), Buonannote (min. 31), Nyom (min. 32), Pereira (min. 53), Brayan Angulo (min. 58),

Estadio: Nuevo Los Cármenes.

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