El Levante apostó por Babá como su delantero referencia y como goleador sobre el que recaería la mayor parte de la responsabilidad para dejar al equipo por quinto año consecutivo en la élite del fútbol español. Caparrós le dio la confianza y la estabilidad emocional que necesitaba para sentirse un jugador querido y respetado por el grupo.
Sin embargo, los datos son irrefutables y Babá por unas circunstancias u otras no ha participado en seis partidos, tampoco jugará frente al Valencia y tengo dudas sobre su concurso en el que cerrará la primera vuelta ante el Málaga. Dejo a la libre interpretación de cada aficionado la valoración de los encuentros en los que pudo pisar el césped.
Diawará cayó lesionado, por última vez, frente al Elche y sufre una contractura abdominal. Tras las pruebas que se le practicaron se estimó su vuelta a los terrenos de juego entre un período de siete a doce días. El delantero africano consumirá la tercera semana de su recuperación cuando el resto de sus compañeros salten a Mestalla. Los partes médicos sobre su evolución los emite una página web que ni siente, ni padece y que tampoco aclara ni cuando, ni en que circunstancias volverá a competir. Es lo que tiene el pubis.
Imagínense por un momento al Real Madrid sin Cristiano, al Barça sin Messi o al Atleti sin Diego Costa durante siete jornadas de Liga. No tengo ningún género de duda, que en las dos capitales en las que se pelea por el título habría un incendio mayúsculo en torno a los servicios médicos y al compromiso que ponen determinados jugadores para recuperarse lo antes posible de sus dolencias y prevenir nuevas lesiones.
Mentalmente, trasladen está situación con su dimensión adecuada a la figura del jugador franquicia para un club modesto como el Levante que no tiene como sustitutos a Benzema, Bale, Neymar, Alexis, Villa o Adrián. Menos mal que Barral siempre da la cara, el Comité de Competición pasó por alto el tweet jocoso sobre ‘el cuarteto’ del Calderón y está preparado para pintarle la cara a Pizzi en el día de su debut. Recen todo lo que puedan para que al gaditano no le agarre antes del sábado una gastroenteritis navideña porque no sería el único que tendría que ir a toda velocidad en busca de un retrete.
Caparrós y su equipo de trabajo ya no le pueden dar más cariño, ni más cuidados al delantero senegalés y Manolo Salvador sabe que tendrá que firmar en el mercado de invierno a un ariete de máximas garantías. El italiano Samuele Longo se situaba en el perfil del tercer atacante que vendría para completar una tripleta con Barral y Babá, porque es otra obviedad que Aloys Nong y Ángel son dos cromos descatalogados para el técnico de Utrera y la presencia del tinerfeño en las convocatorias es puramente testimonial como consecuencia de la plaga de lesionados.
Longo está esperando que el Levante decida presentar una oferta por su cesión, el problema es que ahora el director deportivo ya no busca un complemento para su delantera. Ahora, Manolo, Caparrós y el propio presidente, Quico Catalán son todos conscientes que necesitan un futbolista que anote diez goles en la segunda vuelta o el equipo tendrá dificultades para mantener la categoría y para garantizarse los 20 millones del contrato televisivo en Primera División que suponen la tabla de salvación económica y deportiva del proyecto granota.
PD. ¡Qué viva el derbi por muchos años y que lo gane el Levante!
Jose Manuel Alemán (@AlemanSER)
Radio Valencia Cadena SER