La alcaldesa de Valencia fue rotunda este miércoles en su valoración de lo ocurrido: «Creo que (la venta) no es una buena solución, ni es lo que quieren los valencianos, ni es lo que quieren los valencianistas , ni es lo que debiera de ser», indicó.
Barberá agregó que su principal queja responde a la incertidumbre que se desprende de una operación como esta en su estado actual: «Yo me pongo inmediatamente y con toda claridad al lado de que no se venda, al menos de que no se venda por parte de Bankia así como así» y sin saber «adónde puede llegar», añadió.
Además, deslizó que una venta del club podría hacer mucho daño a Bankia en territorio de la Comunitat ‘‘porque tiene muchos clientes en Valencia» que no aprobarían que el club se vendiese.
Eso sí, Barberá no sabe cuál sería la solución alternativa: «¿Cómo se arregla eso? Pues doctores tiene la Iglesia, evidentemente», admitió, al tiempo que dijo no estar «al cabo de la calle» sobre el estado de la negociación entre Valencia, Bankia y Generalitat. «Salvo dice que tiene alguna solución prevista por ahí», sentenció.
La alcaldesa concluyó recordando la buena relación del consistorio con el club, que «debe todavía pagar al Ayuntamiento unos 17 millones de euros y transferir la propiedad de una veintena de parcelas a cambio del solar municipal de la avenida Cortes Valencianas», donde se levanta el Nuevo Mestalla, cuyas obras permanecen paradas desde 2009.