El Valencia busca en Juan Antonio Pizzi la magia que despertó a San Lorenzo

A Pizzi le espera una ardua tarea en la Capital del Turia. Se hace cargo de un equipo que es noveno en la Liga española, alejado de su verdadero objetivo que es la Champions League y recientemente vapuleado por el Atlético de Madrid. Un Valencia en crisis deportiva, económica y además institucional, con la venta del club acercándose inexorablemente mientras las declaraciones cruzadas de todas las partes implicadas en la película no dejan de azotar la actualidad del club. Sin olvidar el estado de una afición enfurecida con la plantilla, esa que adolece de auténticos líderes tanto sobre el terreno de juego como dentro del vestuario. Circunstancias poco propicias que espantarían al más pintado, sólo que Pizzi ya sabe lo que es aterrizar en un grande en apuros y sin un rumbo claro.

Fue San Lorenzo de Almagro el club de Argentina que, una vez cesado Ricardo Caruso Lombardi -que se marchó culpando a los aficionados radicales de su destitución- se echó en las manos del ‘Lagarto’ para que templara los ánimos entre plantilla e hinchas, y de paso salvara del descenso a todo un histórico como el ‘Ciclón’. Una apuesta arriesgada, toda vez que su bagaje en la élite del fútbol argentino era nulo -no hay que tener demasiado en cuenta la dupla que formó con ‘Chemo’ Del Solar al frente de Colón de Sante Fe en 2005, su primera oportunidad en los banquillos que apenas duró tres partidos-. Tinelli y Lammens, los jefazos de San Lorenzo, apostaron por ese perfil metódico, agresivo y muy verbal en la banda que tanto caracteriza al que en breve será confirmado como nuevo preparador del Valencia CF. Un hombre del que sus jugadores hablan maravillas, un ‘futbolista’ más que los días de partido se tiene que quedar dirigiendo desde fuera.

Pizzi se formó como entrenador lejos de su Argentina natal, con una primera parada en el Universidad San Martín peruano. Una actuación discreta le hizo salir antes de tiempo y estar casi dos años alejado de las tareas de técnico, hasta que en el 2009 recibe la llamada del Santiago Morning de Chile. Un buen año en un conjunto modesto del país andino le condujo directamente a un histórico del país como es Universidad Católica. Y tras cinco años de sequía, los universitarios levantaron un título liguero con el santafesino como responsable del banquillo, que además se vio acompañado de unos cuartos de final en la Copa Libertadores -la Champions League de América-. Logros que le abren la puerta de Rosario Central, su ingreso al fútbol argentino desde la segunda división. Otro histórico que buscaba su magia, otro conjunto que resurgió hasta la recta final de un campeonato donde estuvo a punto de lograr el ascenso a la élite. La eliminatoria de promoción fue su tumba, pero a la vez su puerta de entrada al San Lorenzo de Almagro.

Toda Argentina ya conocía el trabajo de ese ex jugador que tuvo a Rosario Central casi toda la temporada líder de Segunda, por delante del poderoso River Plate, así que a la mínima ocasión fue San Lorenzo el que le dio las riendas de una plantilla mediocre, rodeada de un ambiente de crispación y con el fantasma del descenso acechando muy seriamente. ¿Les suena de algo? El resto de la historia ya se ha contado demasiadas veces en los últimos días por la capital del Turia, pero insistimos: Salvó a los ‘cuervos’ del desastre en el Torneo Inicial 2012, en el Final 2013 fueron cuartos y hace muy poquito acaban de proclamarse campeones del Inicial 2013, algo que no ocurría en el histórico conjunto bonaerense desde el 2007.

De Pizzi se ha llegado a cuestionar su excesiva exigencia en los entrenamientos, su forma tan directa de hablar con la plantilla, hasta su política de rotaciones en un San Lorenzo que ha jugado Liga, Copa Argentina y Copa Sudamericana. Pero al final los pesos pesados del equipo han valorado su dedicación y la capacidad para extraer lo mejor de ellos, tanto que un grupo sin demasiado talento ha acabado superando a equipos con más potencial como Newell’s Old Boys, Vélez Sarsfield, River Plate o Boca Juniors. Cuando aterrice en España, se encontrará algo similar con la presencia de Barcelona, Real Madrid o el renacido Atlético de Madrid. Además, está la falta de gol en un equipo como el Valencia que sólo lleva 21 en 16 jornadas disputadas, por no hablar del aspecto defensivo: sexto conjunto más goleado de la Liga BBVA.

Pendientes de los refuerzos que pueda acometer el club en este mercado invernal, la cruda realidad que acabó con Djukic y que cogerá Pizzi tiene que ver con un vestuario sin figuras carismáticas que enganchen con la afición o intimiden a los rivales. Donde abundan los últimos fiascos estilo Pabón y Postiga, y en el que además será responsabilidad suya extraer lo mejor de jugadores como su compatriota Banega, algo clave para el futuro inmediato de la entidad. A nadie se le escapa el temor sobre cómo acogerá el grupo a un técnico que, a sus 45 años, vivirá su primera experiencia en Europa.

Lo mismo que le ha ocurrido al ‘Tata’ Martino, sólo que Pizzi no tiene la larga trayectoria en clubes y selección del actual entrenador del Barça. El ‘Lagarto’ va a tener todo el respaldo institucional y social, no en vano hay muchísimo en juego para un Valencia que espera convertirse a medio plazo en un nuevo ‘muerto’ resucitado por el de Santa Fe. Un compatriota suyo como Simeone está haciendo delirar a toda la hinchada rojiblanca desde su llegada, algo con lo que sueña esa grada de Mestalla que ya tiene nuevo referente en el puesto de entrenador.

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