«El Valencia tiene problemas más grandes que hacerme un partido homenaje»

 

Iniesta es el referente futbolístico de este país. Él dio a los españoles la mayor alegría futbolística de sus vidas. En ese sentido, muchos le consideran a usted el artífice de las mayores alegrías para el valencianismo en los últimos tiempos, aunque Koeman le apartase a usted de la selección española.

Siempre le di más importancia a lo que era el Valencia que a la selección. Uno se posiciona, toma su camino y llegó el momento de pasar página. Recuperé el camino de la normalidad.

Seguro que recuerda portadas de periódicos tras ganar la Liga en Málaga. Pero, ¿recuerda el día de su debut?

(Responde con rapidez). 15 de marzo del 98 en Zaragoza. Vestiamos de azul, con la senyera en el pecho. Entré por Illie a falta de un cuarto de hora. Ganamos 0-2, y en un cuarto de hora hice entre diez y quince faltas… (Risas). Nadie me iba a decir todo lo que vendría después, menos aún cuando empiezas de niño en un pueblo y en una escuela pequeña.

Pasó usted de ser un asiduo de la grada de Mestalla a dar ejemplo desde el césped.

Fueron años de transición para mi desde la grada. Veia a Fernando, Camarasa, Zubizarreta… y pasaron los años y pasé a compartir selección con ellos, con Hierro, con Nadal…

El debut de Zidane en españa le marcó a usted para siempre. Empezó aquel rodillo mediático debido a su marcaje, la primera gran campaña contra Albelda.

Para entender esto tienes que conocer los detalles que están más allá del fútbol y cómo intervienen los medios en él. Se habló mucho de aquel Madrid ‘galáctico’, de los trece mil millones que costó Zidane… Me tocó a mi soportarlo, pero a raiz de ir a Madrid con la selección se normalizó todo.

Seguro que ha hecho marcajes más duros.

Al final, sólo fueron seis o siete faltas por mi parte. Pero el equipo contribuyó en global con ‘faltitas’. Me sacaron una amarilla. A mi aquellas críticas me ayudaron a crecer, fue un aprendizaje acelerado cuando era muy joven todavía.

Luego, se le gano a los ‘galécticos’ la Liga, nada menos.

Empezamos la temporada sin creer que podiamos hacer nada. Ese verano había habido muchas ventas, la mas ‘sonada’ la de Mendieta. Ni siquiera la afición creia en nosotros. Faltaban diez jornadas para el final, miramos el calendario y se fue dando esa situación. Fueron pasando los partidos, cada vez teníamos más confianza, y acabamos ganando el torneo. Me paro a pensar en aquel equipo del Madrid y tengo dudas de que el actual sea mejor que aquel con Figo, Zidane, Raul, Roberto Carlos… En cuanto a puntuación no hay color, pero habría que compararlos hombre a hombre.

Llegamos a la célebre noche de Montjuic…

Sabiamos que había tensión y que un mal resultado podía ser muy negativo. Recuerdo que con 2-0, al descanso se marchó Aimar y entró Illie. Pellegrino me dijo, a punto de salir al campo, que no nos volviesemos locos, que nos llevaríamos seis. Había que remontar con paciencia, marcando el primer gol y luego el segundo. Marcamos pronto y luego hicimos dos goles seguidos hasta acabar 2-3.

Si se hubiese perdido, Benitez hubiese ido ‘por el aire’ y quizá no hubiesen ganado la Liga. Recuerdo, en la antepenúltima jornada, la visita del Espanyol en Mestalla, cuando se quedaron con diez. Mestalla estaba a reventar y al descanso el partido iba 0-1. Recuerdo a la grada darse cuenta de la importancia y cantar “¡A por ellos, oe!” y lo que vino después, con los tantos de Baraja.

Veníamos con una autoconfianza grande, de ver que podíamos hacerlo. Recuerdo leer crónicas que decian que parecía que el que estaba en inferioridad era el Espanyol. Les remontamos el partido merecidamente. Yo no pensaba que habíamos ganado la Liga, aún porque los rivales eran muy fuertes. En Málaga pensábamos en rematarla ese día. Había mucha gente en el hotel, muchos ex presidentes, estábamos concentrados fuera de la ciudad. A las cinco fue el partido. Al salir al autobús había muchos aficionados esperando. De aquel día recuerdo el 0-2, si había entrado o no. Fue tan claro que había entrado lo de Fabio que era imposible anularlo. Ahí ya pensé que no se nos podía escapar.

Posteriormente llegarían los años de participaciones consecutivas en Champions, aunque era duro tras las dos finales perdidas.

Los años en que llegamos a la final… Nadie lo esperaba. Tumbamos al Barça, a la Lazio, y nos plantamos en Paris. Decíamos: “No lo volveremos a ver”. Se perdieron dos finales, pero sirvió para aprender. Ese año perdí tres finales, una final olímpica, la de Champions, una Supercopa… Sirvió para que todos creciéramos, para que la afición madurase.

Morientes ha dicho en alguna ocasión que el Madrid gano la final de París la tarde anterior, al ver caras de miedo y de demasiada responsabilidad en los jugadores del Valencia.

El analisis a toro pasado es que el rival tenia jugadores con mucha experiencia y preparados para esas situaciones. Aquel año el Madrid fue quinto en Liga, y se lo jugaba todo.

El año siguiente, en 2001, tampoco sirvió…

Contra el Bayern tuvimos mala suerte. La moneda no cayó de nuestro lado. Para un equipo como el nuestro, piensas en lo difícil que es volver a llegar. Notábamos que era entonces o nunca. Desgraciadamente, para mi fue nunca. Ojalá la gente que continue pueda llegar.

Pasan los años y, hace un par de temporadas, tras todo el follón de Koeman, usted fue sustituido en en la segunda parte y se puso en pie Mestalla.

Se me subían los gemelos faltando siete u ocho minutos, y la gente se puso a aplaudir. Hay momentos en que una ovación de la grada te sabe mejor, y a mi me reconfortó para seguir adelante después de la mala etapa que había vivido. He llegado a tener miedo de salir a calentar, inquietud porque sales pensando que alguien en la grada te va a decir de todo.

Hablemos de lo ocurrido en la temporada 2007-2008, cuando Koeman le apartó del equipo. ¿Cómo es la soledad de esos meses en la cara B del fútbol?

Menos mal que tenía la compañía de Santi (Caízares) y de Miguel (Angulo). Hay momentos que he soñado de nuevo muchas veces. El día de Reyes, Koeman dio la convocatoria y nos hizo ir por la tarde a entrenar, a correr sin luz ni balones. Había un tipo en la valla animándonos, sólo uno, pero esas cosas se agradecían.

¿Cuánta gente le decepcionó?

Mucha gente, pero tras analizarlo, me di cuenta de que no todos somos iguales. Yo me ponía en la piel de algunos de mis compañeros. Pocas fueron las muestras públicas de apoyo por parte de compañeros. Sólo necesitábamos que algún peso pesado lo dijese en voz alta, Villa lo hizo, pero pocos más. Encima, otros como Marco Caneira salieron a tirarnos mierda. En privado, nunca tuve conversaciones privadas. Necesitaba apoyo público. Era como si Santi, Miguel o yo tuviésemos que demostrar nuestra inocencia. Empezaron a disparar contra nosotros con rumores.

¿Se arrepiente de haber llevado al juzgado al Valencia por no poder hacerlo contra Soler?

Me arrepiento porque no sirvió para nada. No podía denunciar a Soler, no era posible. En vuestra profesión, si hablas con alguien de Canal Nou o Radio Nou que lleva 25 años allí, sin duda le tendrá amor a la empresa. Pero si le tiran, querrá cobrar lo que le pertenece. En el Valencia es igual, no es más que eso.

Muchos creen que jurídicamente le asesoraron mal.

Es cierto que esto lo entendí con el tiempo, era una situación delicada. Al final, la clave de todo es que yo tenía ficha, y en eso se ampararon. Es cierto que hay muchos jugadores que tienen ficha y sólo participan en un partido o dos cada temporada. Hay un trasfondo que no se conoce: me reuní con el club y les dije que perdonaba el 35% de lo que tenía que cobrar para irme a otros equipos a cobrar menos. Luego me impusieron una cláusula anti-Liga española. Y entonces se remitieron a la claúsula de sesnta kilos, y les dije que estaban locos.

Díganos el partido que mejor recuerda.

Hay muchos. El de Zidane, la Liga de Malaga, el del Betis aquí la jornada siguiente, que no jugué porque… no estaba en forma (Risas).

¿El mejor rival al que se ha medido?

Messi. Ya me parecía muy bueno, pero es que encima mete goles.

El rival con el que ha tenido la mayor bronca, manteniendo el respeto.

Raúl, por ejemplo. Los partidos contra el Madrid eran los más calientes, en aquella epoca el Barça estuvo sin ganar seis años títulos.

Evidentemente, usted tiene una buena opinión de Llorente y su gestión. Quién le iba a decir a usted que Manolo se marcharía y que usted también, casi por la puerta de atrás…

Cuando tienes experiencia, aunque no se hubiese ido Llorente, ves llegar la situación. En este mundo, todo se sabe y el ultimo en enterarse es el protagonista. Su salida no me pilló por sorpresa que dimitiese porque ya lo barruntaba semanas antes.

¿Fueron injustos los gritos de ‘¡Llorente vete ya!’?

Fue su peor momento. Cuando trabajas mucho, seas Llorente o Salvo, y ya no tienes el beneplácito de la gente, piensas en si te hace falta de verdad. Si no tienes la necesidad y has trabajado bien y hecho lo que tenías que hacer, vete. Déjalo. Y si hay otros mejores, que vengan y lo arreglen.

Dijo usted, o dio a entender casi a finales de temporada respecto a su renovación, que podría haber seguido. Que podría haber firmado la renovación antes de que acabase el año.

Cada vez que Vicente Andreu me veía, decía que tenía que renovar porque hacía falta gente como yo. Le dije un día que estaba cansado, psicológicamente destruido, y que como Llorente se iba y él también, lo mejor era que los que llegaban decidiesen sobre mi situación. Lo pensaba así. Entró gente nueva y me dijo no. Y hay que asumirlo.

Muchos no entienden por qué usted no está en el Valencia. Si no para sesenta partidos, sí que para veinte, para ayudar.

Lo valoré cuando ocurrió. Se hablaba de rebajar fichas. Leí que había ya gente en esa posición: Javi Fuego, Parejo, Ever e incluso Víctor Ruiz tenían el sitio cubierto. Y luego en verano incorporaron a Oriol. Es raro, pero hay que respetar esas decisiones. Hay gente que pensaba que era bueno tener un veterano, y otros no opinaban igual. La charla con Djukic fue muy cortita y muy cordial, pero la decisión ya estaba tomada. Estabais todos alli fuera, en el aparcamiento de Paterna. Ya a mediodía alguna radio había anunciado la decisión. Hubiese preferido que me dijesen “no cuento contigo” a “no te veo sin ser titular indiscutible”, porque a mi nadie me ha garantizado nunca la titularidad.

¿Por qué no se ha ido a jugar a otro sitio?

Pasan los dias de verano, escuchas lo que le llega a tus agentes. ¿Mejorar el clima? Imposible. Hablé con Vicente, me dijo que Inglaterra no era tan bueno por culpa del clima, el hecho de tener los hijos a las tres en casa y casi de noche… En Estados Unidos hay un tope salarial, y no compensa llevarse a la familia. Al final, si llegas a cierta edad al máximo nivel es gracias a la pasión por el futbol. Y cuando ya no la tienes, decides que se acabó.

No es el final ideal.

Así vino y hay que aceptarlo. No puedo cambiar lo que no está en mis manos. Actué como tenía que actuar, y ya está.

¿Por qué no se le ha hecho todavía un partido homenaje?

Tuve conversaciones con gente y no sabía con quien hablar para el día de Granada. Dudaba si hablar con Andreu, con los que entraban… Ese día se hizo el homenaje a Puchades, porque había faltado dos días antes. Antes, esa semana, Damia (Vidagany) y Jordi (Bruixola) me planteron preparar algo, y no quise porque nos estábamos jugado la Champions y había opciones de seguir una temporada más. Lo más importante era ganar al Granada. Después, ya en verano, hablamos Amadeo y yo para plantear otra opción. El presidente me dijo que estarían abiertos a cualquier cosa, y le contesté que habían pasado los meses y necesitaba relajarme y desintoxicarme. El dia del Milan u Olimpiacos no lo iba a disfrutar al cien por cien, yo creo que el momento era otro. Creo que al final de la temporada pasada, los que iban a entrar ya tenían tomada la decisión de que no continuase en el equipo.

Muchos le consideran el Raúl del Valencia. Si el Madrid ha homenajeado a su ex capitán, también el Valencia puede hacerlo a posteriori.

Actualmente el Valencia tiene problemas más grande que plantearse hacerme un partido homenaje. ¿Sabes cuantos he visto pasar como yo sin una despedida como Dios manda? Las mejores siempre han sido las espontáneas, como la de Anglomá, por ejemplo. He visto salir mal a históricos como Cañizares, Angulo, Baraja…

Acabamos. ¿Que le parece el proyecto Salvo con Djukic, Braulio, Rufete…?

Es un tema que se me achacó muchos años como capitán. El año pasado hice una rueda de prensa en las que dije que aspirábamos a recortar diferencias con los grandes, y me catalogaron de pesimista. Yo, como aficionado, prefiero un discurso ligado a la realidad, que diga que la situación está difícil, que todos juntos debemos pelear y ver hasta dónde llegamos. El mister y el presidente han tomado un discurso optimista, pero tiene que ir acompañado de resultados. Ojalá les salga bien.

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