El vestuario del Valencia se las verá con la mano dura de Pizzi

Y es que aunque desde su país de origen cuentan que Pizzi es un técnico poco dado a establecer una relación muy cercana con sus futbolistas, alejado de esa figura paternal para la plantilla que tratan de ser muchos compañeros de profesión, y delega buena parte del contacto y el trato estrecho en su hombre de confianza, el preparador físico uruguayo Alejandro Richino, los jugadores del Valencia CF deben saber que para algunas cosas Richino no es la puerta a la que hay que llamar.

De eso ya es perfectamente consciente Luis Aguiar, mediocampista uruguayo que comenzó jugando en el San Lorenzo de Juan Antonio Pizzi hasta el pasado mes de marzo, cuando la enfermedad de su padre y su ausencia de un entrenamiento del ‘Ciclón’ le costó no sólo un puesto en el once titular, sino dentro del club bonaerense. El técnico que ahora dirigirá el destino del Valencia no le perdonó esta falta, pese a que el jugador se lo había avisado al preparador físico, y se negó rotundamente a volver a acogerlo dentro del vestuario. Surgieron rumores de mala actitud del futbolista y falta de compañerismo, pero no fue hasta este incidente que dejó de contar con el respaldo de un hombre al que no le tembló el pulso para ‘cargarse’ a una pieza importante para la entidad.

Un serio aviso para navegantes, un claro ejemplo del tipo de actitudes que no tolerará el entrenador que aterriza este viernes en la capital del Turia. Enfados y malos modos como los de Diego Alves el pasado domingo, ‘rajadas’ ante la prensa como la de Mathieu, estados físicos como el de Pabón o falta de previsión como la de Feghouli pueden costarles muy caro la próxima vez, sin que sea necesario llegar hasta el extremo que tocó Rami para acabar de patitas en la calle. La polémica con Aguiar en San Lorenzo a Pizzi le ocasionó malestar de parte del vestuario y críticas hacia su forma de entrenar, que por cierto tendrá una mayor carga de intensidad que lo visto con ‘Djuka’ por la Ciudad Deportiva de Paterna, siempre bajo la directa supervisión de un Richino que aparte de exigir el máximo, lidera con el ejemplo y es el primero en ponerse a realizar cada ejercicio sobre el césped.

Así será la nueva atmósfera que desde el domingo 29 respirarán los futbolistas del Valencia CF, a los que no se les permitirá ni una sola desviación injustificada del camino marcado en pos de la necesaria recuperación liguera. Las obligaciones que marca el nuevo responsable del equipo son muy elevadas tanto en el día a día como en los partidos, personificadas en su lugarteniente uruguayo, y su mano dura ya la conocen en los distintos países donde ha entrenado. Ahora le toca demostrar, con el apoyo del club, que también es capaz de mantenerla en su nueva aventura española.

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