Entrevista a Antonio Paños: «Las soluciones con Lim serán las mismas que propusimos hace un año»

Como tantos y tantos economistas, se apoya en folio y bolígrafo para exponer con claridad todas y cada una de sus ideas. Antonio Paños (Valencia, 1956) ha tenido muchos meses para observar, analizar y evaluar desde la barrera, tras dimitir a mediados de diciembre como vicepresidente económico de la Fundación VCF. Apenas habían pasado ocho meses desde que accediese al cargo en una nueva Fundación presidida por Federico Varona y, posteriormente, por Aurelio Martínez. La decisión fue irrevocable tras aquella histórica Junta de Accionistas reventada por Bankia, comunicado mediante, tras la que la venta del club pasaba de ser una opción a una obligación.

Paños nos recibe en su céntrico despacho con los ‘imputs’ suficientes como para saber que el acuerdo Bankia-Lim está a pocas horas de anunciarse, como efectivamente acaba pasando. Más de treinta años trabajando en banca, ocho de ellos como director de Riesgos de Bancaja, le permiten tener la suficiente autoridad para opinar sobre una venta, la que se materializará próximamente a Peter Lim, en la que sostiene que la solución final ha acabado siendo muy similar a la que Fundación y Valencia propusieron al banco en verano de 2013.

¿Cuál es su día a día desde su dimisión el pasado 13 de diciembre?

Regresar a mi actividad personal y profesional, y sólo estar pendiente del Valencia como socio del club. El mundo del fútbol es bastante absorbente y, lo quieras o no, tu trabajo se resiente.

¿En qué se diferencia el mundo del fútbol al resto de actividades?

Tardaba 10 minutos en llegar andando a mi despacho; entrar en el mundo del fútbol supuso doblar la tardanza, porque encuentras gente por la calle, alguna que no te conoce de nada, que pregunta sobre el asunto o te pide que lo saques adelante. Tengo muchas anécdotas muy divertidas, pero también notas el sentido de la responsabilidad y el impacto de las decisiones que puedas tomar.

El Patronato configurado a principios de 2013 entró en un momento complicado. Cuando dimitió, en su comunicado habló de un desgaste en esa labor.

Está marcado por el trabajo. No era un Patronato ‘fácil’, había temas de gran importancia y éramos conscientes de la gran dificultad de nuestra labor. Hay que ser consecuente. Yo entré en la Fundación con dos premisas: no vender el Valencia, y situar la gestión en parámetros parecidos a los que estableció Arturo Tuzón. Tuzón tuvo una gran aceptación pese a que sus decisiones no siempre fuesen sencillas. Nunca en mi vida hubiese querido vender el Valencia. Cuando esas condiciones no se cumplieron, no me costaba ningún sacrificio largarme. Irse de un sitio donde tienes amigos no es sencillo, pero es un ejercicio de coherencia personal. Como aquí no dimite ni el portero de la escalera parece que tenga más mérito, pero no lo tiene en absoluto.

«Estoy decepcionado con el trato de Bankia al Valencia». Palabras textuales en el comunicado donde anunció usted su adiós, muy duras tras haber trabajado en Bancaja tantos años.

Como opinión profesional, en su día me parecía que las operaciones con el Valencia tenían una solución razonablemente sencilla. De hecho, las soluciones que se emprenderán respecto al nuevo campo y al viejo con Lim son las mismas que se propusieron hace un año. Entonces el activo del antiguo Mestalla estaba en su valor más bajo: si el financiador hubiese aguantado más tiempo, el activo se habría vendido por más dinero y hubiese reducido en mayor cantidad la deuda. Se trataba de una refinanciación sencilla en la que Bankia no debía poner más caja, sólo más tiempo.

¿Y el crédito de la Fundación?

Es más complicado porque la operación estaba mal concebida. Un organismo con ingresos anuales de 600.000 euros no puede pagar 75 millones de euros de ninguna manera. ¡Sólo los intereses ya superan los 600.000 euros! Por más que hubiese garantía del IVF, esa operación nació impagable. Pedíamos la reestructuración a quince años, con un par de años de carencia para poner en marcha medidas de funcionamiento. El Valencia hubiese seguido siendo de los valencianistas. Mi decepción con Bankia viene porque nunca quiso hablar de refinanciación, sólo de venta. Todos los ‘imputs’ eran los mismos: «Venta, venta, venta». Y siempre me negué. Cuando el 10 de diciembre lo comunican, ¿cómo no me voy a sentir decepcionado? Dicho esto, son injustificables cualquier tipo de actos vandálicos contra esa entidad y las personas que la integran. Me parece censurable y una absoluta locura.

La decepción fue generalizada entre el resto de patronos…

Nunca tuve la sensación de que nos escuchasen en el banco. Era como hablar sólo, te sentías desatendido. Si volviéramos atrás en el tiempo, Bankia se lo pensaría dos veces a la hora de repetir esa postura. El riesgo para su imagen ha sido muy alto. Heredó un gran problema que no había generado, pero me hubiese gustado otra resolución.

¿Qué memoria guarda de la Junta del 10 de diciembre?

Me enteré del comunicado de Bankia a través de un periodista en plena Junta. Ese día le había dicho a Aurelio que tocaba marcharse. Habíamos tenido reuniones previas respecto al sentido del voto de la Fundación, y mis compañeros ya conocían mi postura y estado anímico. Fue surrealista. Como valencianista, aquella Junta me produjo sensación de bochorno y vergüenza. No me gusta que me hagan estas cosas, me duele.

¿El comunicado de Bankia tenía como finalidad reventar la Junta?

Nunca he considerado que fuese casual. Fue un golpe gratuito, no ganaba nada. Quizá querían acreditar su poderío.

¿Qué ocurrió luego?

Tomé la decisión de marcharme un par de días después. Algún patrono me llamó para decirme que también se marcharía, por eso comenté que quizá habría más dimisiones. Hay dos o tres integrantes que se fueron tiempo después.

¿Sabía usted que Peter Lim se había reunido con Salvo, Aurelio y Alberto Fabra en la mañana del 10 de diciembre?

Conocí de su existencia tras leerlo en prensa. De hecho, me enfadé porque algún medio me ubicó en alguna de las reuniones con Lim. ¡Es que no nos queríamos sentar con nadie! Respecto a Aurelio, es una persona excelente, seguramente acudiese tras ser convocado a la reunión por un mero acto de cortesía y honradez. La conclusión es que yo hubiese padecido mucho con este proceso, porque no estaba de acuerdo con lo que se estaba haciendo. Siendo valencianista es imposible trabajar en un proceso en el que se va parte de tu identidad.

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Paños, en su despacho, durante la entrevista / Foto: Paco Polit

Con usted ya fuera del Patronato, empieza el proceso. Peter Lim se presentó de la mano de Salvo el 23 de diciembre. Seis meses después, ganó la votación 22-0 en el Patronato. ¿Cómo se explica esa unanimidad?

Yo no me la explico. En cualquier ámbito de la vida suelen haber matices y puntos de vista discrepantes. Sinceramente, cuando me enteré de la unanimidad en la decisión no me lo podía creer. Las personas tenemos la capacidad de conducir a que otra tome una decisión. El 22-0 me resulta tremendamente curioso porque, por lo que he leído en medios, había ofertas que presentaban un mayor aporte para el club. Dio la sensación de que querían que el señor Lim se apañase con Bankia por su cuenta.

¿Qué opinión guarda del concurso abierto para las ofertas y de que el mismo 1 de abril se conociesen detalles de las siete ofertas aspirantes?

Este proceso de puede calificar de todo menos de normal. Las fechas no me preocupan, se quedaban cortos los tiempos, aspirar a vender en dos o tres meses era una meta irrealizable. Las idas y venidas en el proceso no han tenido ni pies ni cabeza. Lo que peor he visto ha sido el doble asesoramiento con KPMG y Pricewaterhouse Coopers. Lo normal es usar un consultor en un proceso en el que Fundación VCF, máximo accionista, vende su sociedad llamada Valencia CF. La sociedad vendida no pinta nada. El consultor debe elaborar una hoja en la que enumere las ofertas de mejor a peor en función de varios criterios comparables. Si trabajar con un consultor ya es difícil, ¡imagina con dos!

Y más cuando uno viene por parte del banco y otro por parte del club…

Eso no es óbice para que las consultoras hagan su trabajo de forma ética y correcta. Dicho esto, la Comisión Gestora configurada ha tenido déficits importantes. Fue un follón innecesario, con mucha presión, con un sacrificio personal alto de las personas que integraban la Comisión. Y con todo, sigue siendo llamativo que aquel ofertante que se presentó en sociedad el 23 de diciembre haya sido el ganador el 17 de mayo.

Usted conoce a Amadeo Salvo. ¿Cómo interpreta su insistencia en tener presencia dentro del proceso?

No tengo la menor duda de que Amadeo busca lo mejor para el Valencia. Con todo, no se si es bueno posicionarse de una forma tan drástica a favor de una oferta, porque si Peter Lim no hubiese sido escogido, hubiésemos vivido un cambio absoluto en el control del club. Incluso ahora habrá que plantearse si Lim, con el tiempo, querrá mantener al actual consejo o cambiar consejeros o al propio presidente. Amadeo lo ha intentado, y quizá dio un paso más allá y se implicó de una manera demasiado personal. Hay que verlo a la inversa: cuando gestionas un club estás muy implicado en el día a día, y es muy complicado dar un paso atrás.

¿Qué ocurre cuando, en un asunto de números como este, entra en acción el aficionado de a pie?

Tenía muy claro que no acudiría a la primera Asamblea Informativa en enero, porque meter 7.000 personas en Mestalla con los motivos esgrimidos podía tener consecuencias no demasiado buenas para el valencianismo. Tampoco fui a la segunda. Pienso que el presidente le puede dirigir una carta a los accionistas de la entidad explicando el estado de la situación. Amadeo hizo un esfuerzo para responder a todo el mundo, pero creo que no era oportuno. Es muy difícil informar bien con este tipo de iniciativas, el mundo financiero tiene muchos flecos, con una regulación muy seria. Está bien informar, pero creo que no era necesario hacerlo así porque existe un mayor riesgo de populismo y manipulación.

Al final, parece que la Generalitat va a recuperar su dinero y liberarse del aval…

Es evidente que Bankia no iba a querer perjudicar a seis millones de valencianos. Como valenciano, creo que la Generalitat se ha defendido francamente bien.

Pero hace cinco años fue precisamente la Generalitat la que dio luz verde al préstamo de 74 millones a la Fundación…

Hablamos de hitos distintos, presidentes distintos, momentos distintos. Mi experiencia dentro de la Fundación con el gobierno valenciano, sin tener ninguna vinculación con él, es que ha actuado defendiendo los intereses de los ciudadanos. El aval era un maquillaje o placebo para la operación, que acabó liándolo todo. El aval existe, con todo el respeto a la justicia. Está correctamente procedimentado.

Si el aval existía, ¿por qué Bankia no les refinanció a ustedes y sí lo hace ahora con Lim?

Hay cosas que nunca entenderé. El banco no escuchaba, e insistía en que vendiésemos cuando nosotros no queríamos hablar de venta. Bankia no creyó en un proceso de reestructuración viable con la Fundación.

¿Qué valoración hace del trabajo entre 2009 y 2013, antes de su entrada, tanto en el club como en la Fundación?

Hubo un momento en el que, a efectos prácticos, quien dirigía la Fundación era el presidente del club, Manuel Llorente. Társilo Piles era consejero del club, algo que entra dentro de la lógica, pero lo normal hubiese sido que Llorente rindiese cuentas ante Piles, y no al revés. Conozco varios patronos que trabajaron en aquella época y son gente capaz y formada. Pero Manolo Llorente cometió un gran error de cálculo: pensar que tenía que arreglar el club y que la Generalitat arreglaría la Fundación abonando el aval. Y ese error lo pagamos nosotros, no nos dieron cuartel. Se cuestionó la legitimidad de los nuevos patronos cuando los anteriores habían entrado con la misma legitimidad. No hubo interés en resolver el problema. Hoy se ha visto que la Generalitat ha tenido problemas de fondos, pero quizá en aquel momento se pensó que sí podría sacar la liquidez para arreglarlo. Gente que aún está en la Fundación cree que en unos pocos meses se ha hecho más trabajo que en cuatro años.

Entonces, ¿por qué no se pidió responsabilidades a los anteriores gestores?

La Fundación pidió nada más entrar una Due Diligence con fecha de 30 de abril de 2013 para el club y para sí misma. Si hubiese salido cualquier dato perseguible en términos de responsabilidad de los administradores, hubiésemos exigido responsabilidades. Que no quepa duda. No encontramos absolutamente nada en ese sentido. En la contabilidad del club no aparece nada. Se hubiese perseguido cualquier delito societario. Se pensó que buscábamos la espalda de Llorente y el consejo anterior, pero no era cierto.

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Paños explica sus razonamientos con papel y bolígrafo / Foto: Paco Polit

¿Espera diferencias sustanciales entre las cifras oficiales de la propuesta de Lim aceptada por Bankia, comparada con la ofertada y votada el 17 de mayo?

Si el señor Lim dice que paga 90 millones de la Fundación, hay que preguntarle cómo y cuándo lo hace. Cualquiera de las ofertas que hubiesen ganado, salvo aquellas que pasaran por caja para pagarla toda, estaban obligadas a hablar con Bankia. Atendiendo a la información aparecida en prensa, si el señor Lim paga 22 millones por el crédito de la Fundación y el resto lo paga a plazos, me volveré a sentir muy defraudado.

¿Por qué?

Defraudado porque no se si hubiésemos sido capaces de dar 22 millones ‘upfront’ a Bankia, al contado, pero sí hicimos el esfuerzo de dar 1,2 millones en agosto, de un día para otro, y teníamos preparada la caja para ir pagando poco a poco. Si el problema era la deuda de la Fundación y por eso se hizo el proceso de venta, esa deuda debería pagarse al contado.

¿Deben conocerse pelos y señales del acuerdo alcanzado entre Bankia y Peter Lim?

Como economista, creo que no pueden conocerse todas las cifras. Hay partes que son confidenciales. Si comprase yo el club, jamás le diría a un medio si mis garantías son billetes del Banco de España o un chalet en Benidorm. Como aficionado… Mi opinión es que se debe dar transparencia a la operación, aunque eso no significa contarlo todo.

En trece meses hemos pasado de promulgar la democratización del club y el reparto de acciones entre el pequeño accionista a que un señor compre más del 70% del capital social. ¡Menudo cambio!

Una Fundación con miembros que representan a la sociedad civil debe pretender un modelo participativo, mientras que si un señor compra una sociedad anónima puede gestionarla como considere oportuno. La pretensión de la Fundación que dirigió Federico Varona y luego Aurelio buscaba esa democratización. La llegada de Lim cambia todo. El amor a los colores nunca se va a perder, pero el arraigo con el club sería ínfimo. Tras una ampliación de capital, la participación del pequeño accionista puede quedar por debajo del uno por ciento.

Al menos, la Fundación VCF podrá de ahora en adelante ejercer la actividad para la que fue concebida…

La Fundación es un organismo magnífico. Se ha visto en un papel que no es el suyo. Una Fundación que proponga e impulse valores como la participación, el deporte femenino, una valencianismo limpio y competitivo… Es acojonante, de verdad. La idea del GloVAL Respect me parece fantástica, y se está llevando a la práctica muy bien. La gente que trabaja en la Fundación tiene ideas de las que sentirse muy orgulloso, no sólo referentes al futuro museo. La Fundación, de ahora en adelante, será la garante de los valores del valencianismo con más motivo si cabe.

Muchas vicisitudes para poco más de un año. ¿Cómo le gustaría ver al Valencia en verano de 2015?

Me gustaría que la Fundación funcionase sin deber nada a nadie. Que el club pase el año malo sin competir en Europa y que arme un equipo ilusionante, con el que identificarse por su manera de pelear y luchar. Que nos sintamos orgullosos del Valencia. La verdad es que centro mis aspiraciones en lo deportivo. Que se inicien las obras del nuevo estadio, algo que veo viable. Deseo que Lim no vaya a su bola y se revele como un gestor riguroso, que ponga a personas profesionales que permitan sanear la deuda. Si dentro de un año el equipo va de maravilla y Lim decide revendérselo a otro señor, me parecerá estupendo. Siendo realista, es verdad que el club debe mucho dinero y es difícil que a corto plazo la situación deportiva ayude a generar ingresos. Esperan tiempos complicados. Pero deseo disfrutar como aficionado y no aburrirme en el campo, lo peor que le puede pasar a un aficionado.

Y seguirá teniendo, pese a todo, la espina clavada…

Pensaré que eso también lo podríamos haber hecho nosotros. Esa sensación me queda: si nos hubiesen dado la oportunidad, estoy convencido de que éramos capaces de hacerlo. Lo digo con toda sinceridad.

Fotos: Paco Polit / VLC NEWS

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