Fichajes a dos velocidades

¿Cómo es posible? ¿A qué podemos achacar que, mientras que el Valencia ‘sólo’ haya repescado a Míchel y firmado libre a Javi Fuego, el Levante haya fichado a cinco tíos en apenas tres semanas? Es un misterio que se viene repitiendo en las últimas temporadas, pero en época de ‘vacas flacas’ es todavía más llamativo ver cómo se menea en el mercado Manolo Salvador. Mientras los demas dudan y esperan, el ‘Paello’ actúa felinamente y salta la banca. Año tras año.

La temporada que viene, al vestuario granota no lo va a conocer ni la madre que lo parió. Cuatro jugadores se marchan rescindidos o tras terminar contrato: Juanlu, Barkero, Ballesteros y Munúa. Otro como Pedro Ríos regresa al Villarreal. Y para suplir estas cinco bajas, el Levante ya ha firmado a Ivanschitz, Javi Jiménez, Xumetra, El Adoua y el gaditano David Barral. Y todo, a coste cero.

Mientras, en el Valencia, las apreturas económicas obligan a moverse con cautela. Sí, Gio dos Santos le encaja a Braulio, pero sería una irresponsabilidad aflojar 8 millones de euros por el mejicano. Así está el panorama: el Valencia CF, tercer equipo de España números de la última década en mano, peinando el marcado para lograr cesiones. Sin un clavo para fichar. Oriol Romeu sólo se ha puesto a tiro a través de este sistema, y las dudas se multiplican después de que el chaval se destrozase la rodilla hace unos meses. Otro caso Canales. Otra moneda al aire, si definitivamente viene.

Cada año que pasa, el argumento de que Valencia y Levante aspiran a objetivos diferentes me parece menos acertado. En un estado de guerra total, en el que las economías de los clubes presentan telarañas en su cuenta de resultados, la originalidad, la planificación, la improvisación y la inversión en una red de ojeadores suponen factores diferenciales a la hora de fichar a la pieza precisa que encaje en el engranaje de un equipo.

Inexplicablemente, el Levante parece moverse a un ritmo diametralmente opuesto al del Valencia. En Orriols se han tomado decisiones drásticas, y a nadie parece haberle temblado el pulso. Mientras, en el barrio vecino, sólo la salida de Albelda ha supuesto un cambio significativo en el ‘status quo’… y todavía no ha aparecido en escena el hombre que lo reemplace. Mala señal.

 

Paco Polit (@pacopolit)

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