Inversores presentes en Mestalla… en todas las conversaciones

Más allá del discurso que emana de los actuales rectores del Valencia, quienes piensan que Bankia se ha echado un órdago y no tiene (a día de hoy) una oferta de suficiente entidad como para vender el club, la realidad es que el dilema entre la afición sobre la venta corría de boca en boca.

«¿Qué fara Bankia, vendrà el club?, ¿Però n’ hi han compradors de veritat?, ¿I ara tots els que diuen que tenen inversors, perqué no els han dut abans?» Eran las respuestas que el aficionado de a pie buscaba con curiosidad en los aledaños de la puerta que en la Avenida de Suecia congrega a VIPS y periodistas.

El caso es que hasta incluso el semblante de Amadeo Salvo era confiado y sonriente al llegar a Mestalla. El presidente confía (y así se lo hizo saber a algunos «notables» del valencianismo) en que el banco no será quien fuerce la venta de la entidad.

El poco fútbol que se vió en Mestalla «limpió» un poco la mente del aficionado valencianista que vive en la incertidumbre de no acabar de saber exactamente qué es lo que ocurre. No fue el mejor partido, ni mucho menos (uno más) del equipo blanquinegro. De hecho Djukic se quedó hierático y pensativo tras ver el remate que dio paso al 1-0.

El pitido final coincidió con un pensamiento generalizado: Mestalla dio gracias a Dios de que Djukic no sea el encargado de escojer al comprador del club. Sin ir más lejos, porque ante el Kuban tardó demasiado en darse cuenta de que Alcácer era su mejor inversión

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