El mundo social y en deportivo viven similitudes. Algunos positivas, las menos, y otras negativas, las más. Fútbol y sociedad caminan de la mano en esta terrorífica crisis y muchas veces los errores son los mismos y los aciertos pueden solventarse de la misma forma.
En la política, sobre todo la que nos compete -la valenciana- faltan lideres: en el Valencia, equipo al que analizamos semanalmente, faltan capitanes. Cualquier preparado o no en esta sociedad toma decisiones graves por un calentón o simplemente por incompetencia, cualquiera en el Valencia se coloca el brazalete de capitán. Unos, los politicos, no están preparados, otros los futbolista no lo merecen. Y así nos va como diría un buen amigo, en lo social y en lo deportivo. En lo sociall para concluir el tema todavía es peor ya que las decisiones son tomadas por personajes que ni pelearon en la urnas y nos mostraron su pobre, chulo y cursi perfil. En el Valencia al menos o son elegidos o se tienen en cuenta algo tan discutible como la antigüedad.
Esta reflexion me llegó tras escuchar a Jonas decir “el vestuario echa de menos a un capitán como Albelda”. Y pense que en el fondo de toda esta locura en su no renovació algo se nos escapaba y con el tiempo parece claro. Le hacia mas falta a Djukic Albelda que a David Miroslav. Por motivos, sensaciones o elementos que no son tangibles pero que son necesarios. Porque un club necesita referentes, ejemplos. Futbolistas que trasmitan valores como respeto, fe, tierra, lengua. Jugadores que levanten la voz y el resto callen y aprendan.
En este equipo cualquier futbolista ha portado el brazalete de capitán. Jugadores tan “involucrados” como Banega y matthieu lo han lucido sin sonrojarnos nadie. Miguel Brito para que seguir.
Cuando eramos mas niños la figura del capitán del equipo era importante, necesaria, ahora parece que no. Todos perdemos.
Y al final recogemos lo que sembramos un equipo plano, sin alma, sin fe y sin ilusión. Futbolistas normalitos envueltos en una atmosfera de grandeza que se perdió en el tiempo. Recuerdos que alivian el dolor por la lejanía de lo conseguido.
Los valencianos y valencianistas merecen mucho mas. De sus mediocre lideres políticos y de sus insulsos capitanes. El problema es que a unos los pone un peculiar democracia y a otros compadreo o antigüedades y contra eso esta visto que el pueblo poco puede hacer, o no. Que al final algún día se dice basta.