No están siendo unos primeros meses de temporada nada fáciles para Paco Alcácer, de vuelta a Valencia tras una complicada cesión al Getafe, con la obligación de tener que convencer a una afición tan exigente como la de Mestalla. Él demostró su compromiso en verano, renunciando a las vacaciones tras disputar la Copa del Mundo sub 20 con España para sumarse a sus compañeros en los primeros entrenamientos del curso.
Pero sus esfuerzos personales no se vieron recompensados con goles y suerte en los amistosos del verano, donde además arrastró una lesión que todavía le puso las cosas más difíciles. Así que su papel en la delantera del equipo de sus amores se antojaba discreto, a la sombra de Hélder Postiga, Jonas y Dorlan Pabón. Y así comenzó siendo, hasta que llegó el amistoso de Valladolid en el que se liberó con sus dos primeros goles de la temporada.
Fue un partido sin demasiada importancia, una presencia que además no tuvo continuidad en las siguientes semanas ni tan siquiera cuando el equipo amenazaba con autodestruirse derrota tras derrota. Djukic seguía sin contar con él para la Liga y los nervios comenzaban a aflorar. Pero llegó el choque europeo en Krasnodar, la primera de tres citas que le confirmaron como una alternativa más que eficaz para la delantera ‘ché’. En Rusia se estrenó en partido oficial con el Valencia, tres días después fue titular en San Mamés -su única presencia en Liga hasta la fecha- y cerró la ‘semana fantástica’ con otra anotación más en el partido del centenario del Burjassot. Un gol sin aparente trascendencia por ser un amistoso y por la nula entidad del rival, pero un síntoma de que siempre ha respondido cuando se le ha reclamado.
Como el pasado jueves contra el St. Gallen, luciendo titularidad y abriendo la ‘lata’, marcando su primer gol en el estadio de Mestalla para disfrute de una hinchada que le despidió con una sonora ovación. Fue su quinto gol en los cinco partidos que ha disputado en la presente temporada, dos en partido oficial -la mitad de los que logró en todo el año pasado en 24 presencias con el Getafe- y tres en amistosos. Sale a 275 minutos jugados en total, a una anotación cada 55 minutos, números que no puede igualar el hasta hoy titular indiscutible Hélder Postiga.
Los detractores seguirán diciendo que el luso ha competido en más partidos serios y que Valladolid y Burjassot no se pueden tomar en serio, pero al final, con los números y las últimas sensaciones en la mano, lo cierto es que Alcácer se ha ganado la opción de que Djukic le tenga en cuenta para repetir titularidad en El Madrigal.
Sería sólo su segunda presencia en el campeonato doméstico, quizá la solución que busca el técnico serbio para la falta de pegada que mostró el equipo ante la Real Sociedad, y también en duelos precedentes. Un perfil de atacante muy distinto al de Postiga, que se asocia mejor con mediapuntas como Fede y Piatti, ‘locos y jóvenes bajitos’ como él, y al que le gusta buscar la espalda de las defensas contrarias. Con la labor que viene realizando hasta la fecha, Paco Alcácer ya tiene el favor de la grada, ahora sólo falta que el que manda le deje demostrar que no le queda grande ser el delantero centro del Valencia CF.