Rami, ¡qué grande eres!

Rami, ¡que grande eres! Y qué cagada has pegado. Perdón por lo soez de la expresión, pero es que tus últimas actuaciones no pueden ser calificadas de otra forma. Tú solito te has metido en un fregao tremendo y, de paso, le has hecho un favor al Valencia CF. Sí, sí, has conseguido de un plumazo que se hagan realidad tres o cuatro cosas que hasta hace bien poco parecían imposibles.

Primero, rajando sin dar nombres y señalando a todos tus compañeros, has logrado que el vestuario, que estaba así-así, se muestre más unido que nunca –al menos de puertas para afuera-. Cierto es que la charla de Djukic en la que cuentan que pidió perdón por algunos errores cometidos también fue trascendental, pero bueno. No quiero quitarte méritos.

Además, Adil, gracias a tu aparente borrada del fin de semana pasado y a la merecida desconvocatoria en Granada por rajón, ha entrado en liza Víctor Ruiz, que hasta la fecha estaba desaparecido. No contento con ello, se conjuntaron todos los astros, Víctor marcó contra el Sevilla, hizo un buen partido en Los Cármenes y atraviesa el momento más dulce desde que viste la elástica valencianista. Lo que te faltaba. A ti, que después de un verano tumultuoso de declaraciones, sólo te quedaban tus prometedoras condiciones como central, y ahora va y resulta que te quitan el puesto sobre el césped. Mal asunto.

Porque, fíjate tú qué paradojas más ‘fantásticas’ tiene la vida. Resulta que te echan de la citación y va y el equipo no encaja ningún gol ese día. Jolín macho, qué mala suerte la tuya.

Y todo esto, sin contar que te has puesto al club, al entrenador y, por supuesto, a la afición en contra. Dime ahora ¿qué narices haces si te toca salir a jugar en Mestalla? La pitada va a ser monumental. Aunque claro, dado el cariz que están tomando los acontecimientos, mucho tiene que cambiar la cosa para que volvamos a vestirte de corto y de blanquinegro.

E imagino que si hay alguien que no querrá verte ni en pintura ese será el presidente. Aunque, también a él le has hecho un favor y se la has puesto botando y en la línea. Ahora el club te puede vender en cuánto se le presente una mínima ocasión y, de paso, Amadeo ha dado un golpe sobre la mesa que reafirma su autoridad porque le acerca otra vez al sentir de la grada.

Vamos, en cristiano, te has cubierto y no precisamente de gloria. 

 

David Torres (@davidcanalnou)

Periodista Radio Nou

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