Después de que el pasado miércoles se confirmase su venta al Spartak de Moscú ruso, el centrocampista realizó una última entrevista en la Cadena Cope donde explicó la sensación agridulce con la que se marcha: «Puede que no se me haya valorado realmente como yo hubiese querido», dijo, «y aunque hay gente que lo ve de otra manera, pero prefiero quedarme con lo positivo. Para mí fue un sueño estar en este club, no vale la pena pensar en lo malo que haya pasado».
En el mercado veraniego de 2012 ya existió un importante interés del equipo ruso, pero el entonces técnico Mauricio Pellegrino y un aumento en su ficha frenaron su salida. «El año pasado hubo varias ofertas y ahora también. El club decidió apostar este año por una venta que a mí me gustaba. Yo tenía ganas de ver otra cosa, tras tres años dando el máximo en el Valencia», explicó.
Pese a la división que su juego siempre ha provocado entre los aficionados -que en las redes sociales no parecían demasiado tristes por su marcha-, el jugador no tiene en cuenta este hecho y se queda con el lado bueno de las cosas: «Si hay algo que siempre me reprocharé en Valencia es que, tras hacer esfuerzo tras esfuerzo, la gente no supo reconocerlo en algún momento. Cada vez que salí con esa camiseta lo hice a jugarme la vida. Por ahí alguna vez me pitaron pero sabemos cómo es Mestalla. Es una afición difícil que ha ganado cosas, ha estado siempre catalogado como un grande de Europa y hoy no es tan fácil ganar. Pero la gente es muy fanática y hay que entenderlos», puntualizó.
Termina una etapa para el franco-argentino, cuya presencia en el Valencia le ha servido para mostrarse ante equipos potentes de toda Europa: «Lo pasé muy bien y sólo tengo palabras de agradecimiento. No sé si fue el Valencia quien me vendió o yo el que me fui. Es una elección mía dejar el club pero necesitaba cambiar de aires», concluyó.