Un cuento derivado en pesadilla… con final feliz

Les quiero contar una historia, ni muy corta ni muy larga. Va de una persona que acude una calurosa noche de agosto a ver un partido de fútbol a un estadio tan mítico como el de Mestalla. La ilusión y las altas expectativas se respiran por todas partes, los VIP llegan al recinto ovacionados a cada paso que dan, los futbolistas notan el cariño de una grada enloquecida con su equipo y en el ambiente flotan las enormes ganas porque arranque el nuevo curso futbolístico en la Liga española. Nuestro protagonista lo nota, se crece, se alimenta del entusiasmo que tiene a su alrededor y entra al campo dispuesto a comerse a todos sus rivales.

Pero algo sale mal. La tecnología falla, lo que antes funcionaba como un reloj ahora se ha tornado en un auténtico desastre que provoca las dudas y el desánimo en aquel que pocas horas antes se creía el rey del mambo. Los rivales juegan, usan sus armas y disfrutan viendo como nuestro misterioso protagonista se va desesperando por momentos.

Ni tan siquiera los ánimos y el empuje que le dan todos los que colaboran con él, todos aquellos que se preocupan y sufren, le basta para salir adelante en una noche asfixiante, donde mirar el reloj y ver que es más tarde de medianoche invita a pensar si no será todo una pesadilla de la que tocará despertar en cualquier momento.

La sauna en la que se ha tornado el recinto futbolístico no hace más que añadir dramatismo a la escena, mientras todos contienen la respiración esperando un milagro propio o una ayudita externa. Y aunque esto no siempre ocurre, a veces aparecen unas manos amigas que limpian todo el empastre que uno ha ocasionado.

Así ocurrió en esta primera noche de la Liga BBVA en Mestalla, con horario y temperatura que incitaban a ‘copear’ más que a jugar al fútbol. El cuento donde todos vivían felices y en una nube se transformó en una peli de terror que por suerte tuvo un final feliz, pero de esto siempre hay que extraer conclusiones para que no vuelva a pasar más. Nuestro protagonista lo tiene claro, y esperemos que el Valencia también.

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