¿Un hombre de fútbol?

Amadeo Salvo nos dijo en su día que el señor Peter Lim era un hombre de fútbol, y escuchaba también que la amistad con Mendes no debía ser ninguna preocupación, todo lo contrario, debía ser algo de lo que el Valencia debía aprovecharse. L a asociación Lim–Mendes no implicaba una obligación a fichar a los representados por el portugués. Pues vaya… Ha acertado de pleno.

Para ser un hombre de fútbol, el magnate singapurense la ha metido hasta el fondo en su primera decisión deportiva, pues el cambio de entrenador es inminente. Intento buscarle un por qué, y no lo encuentro. Le pregunto a la gente y sale la contestación de que Lim “es el dueño del Valencia y hace lo que quiere”, pero sigo sin encontrar esa justificación razonada a la salida de Pizzi.

Está claro que Pizzi no es Benitez, ni ha conseguido que el Valencia encadene una regularidad en sus resultados, pero coger a un Valencia nuevo a mitad temporada, y en la situación en la que estaba, no es cosa de niños. Por lo menos el argentino ha conseguido una unión de vestuario, revivir una ilusión y que, al menos en algunos partidos, el Valencia jugase. Si tuviéramos que enumerar las diferencias entre el Valencia de Pizzi y el de Djukic, nos tiraríamos mínimo hasta la destitución de Nuno… aunque de seguir con esta dinámica, ese momento está a la vuelta de la esquina.

Pero lo que más le toca la moral a un servidor no es el hecho de que Pizzi nos deje, que me fastidia, ni que consecuentemente se nos vaya Richino, quien habría preparado una pretemporada de escándalo. Lo que como valencianista más me hunde es el hecho de perder una oportunidad de oro para forjar una continuidad en el banquillo.

Desde que Emery acabó su etapa con el Valencia, hace cuatro días, han pasado cuatro entrenadores por el vestuario ‘ché’, y vamos a por el quinto. Como hombre de fútbol, Peter Lim debería saber que la continuidad es un factor clave en esto llamado balompié. Y no sólo fútbol, sino en el deporte en general.

Lo único que se “gana” con este cambio es la decepción de una parte de la afición y, más importante porque al fin y al cabo son los encargados de jugar, de los futbolistas que habían encontrando en Pizzi a su entrenador. ¿Para qué cambiar algo que está bien? ¿Acaso somos el Real Madrid?

Sin continuidad es muy difícil conseguir cosas. Los cambios constantes no ayudan, y esta vez no era necesario. Espero que Lim y Mendes piensen un poco más sus futuras decisiones, y por favor, que Nuno sea el mejor entrenador que haya pasado por el Valencia Club de Fútbol.

 

David Quijal (@DavidQuijal)

 

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