¿Un nuevo pabellón? ¿Y qué pasa con la afición?

A vueltas con las renovadas (y cíclicas) noticias sobre la hipotética construcción de un nuevo pabellón multiusos en la ciudad de Valencia, y ahora que parece que -de verdad- se ha empezado a hablar con el Ayuntamiento, creo sinceramente que nadie ha tenido en cuenta un detalle: el Valencia Basket, por muy profesional que quiera creerse en algunas parcelas, sigue siendo un equipo de barrio, vinculado a un barrio que siempre le ha apoyado y que difícilmente se trasladaría en masa a otra ubicación geográfica para seguir al que consideran como SU club.

La Fonteta, caduca y vetusta por muchos parches que se le pongan, no reúne los mínimos condicionantes exigibles por las competiciones europeas para albergar eventos de categoría. Con eso debería ser suficiente para que las autoridades municipales se planteen la construcción de un nuevo pabellón, pero… ¡oh, cielos! Si resulta que en 1992 inauguraron el Velódromo (ahora ‘Palacio’, no sé por qué) Luis Puig y está más abandonado que Marco en el Día de la Madre… algún concierto de vez en cuando, algún critérium menor, goteras, techos que caen, quejas de los deportistas y una instalación cara e infrautilizada más que engorda la deuda municipal.

Así las cosas, el Ayuntamiento ni se plantea en este momento construir un nuevo pabellón para uso y disfrute casi en exclusiva del equipo de Juan Roig… a menos que éste traiga al promotor y pasta fresca por la patilla.

Pues bien, supongamos que Roig consigue un mago que le garantice a Barberá una instalación moderna y autosuficiente de más de 15.000 localidades sin cargo al erario municipal, y que el Ayuntamiento cede suelo público para su construcción en los escasos sitios de que aún dispone, es decir, en el extrarradio de Valencia. ¿Realmente creen que los escasos 6.500 abonados de Valencia Basket se trasladarían en masa a ese nuevo pabellón? O sea, dispones de 9.500 localidades en la actualidad, que no llenas más que en 6 u 8 partidos al año… ¿y pretendes una instalación con un 60% más de aforo?

Analizando ejemplos cercanos como el de Baskonia o Unicaja, ninguno se planteó ampliar sus estadios o acometer una nueva construcción hasta que su cifra de abonados fue de, al menos, el 90% de su capacidad; de hecho, en Málaga durante más de una década ha habido aficionados en lista de espera porque el aforo del Martín Carpena estaba vendido de antemano… para toda la temporada. Pero aquí, en Valencia, no. Somos así de chulos. Nadamos contra corriente, somos falleros y queremos de lo mejor lo superior, aunque luego se quede en una carcasa vacía como el Luis Puig, el Agora, el Nou Mestalla…

¿Es necesario un nuevo pabellón? Rotundamente sí, sobre todo por los cambios que se avecinan en el baloncesto europeo en los próximos años, pero desde luego no a costa de las maltrechas arcas públicas… ni de los sufridos aficionados del Valencia Basket Club.

PD: Recuerdo los primeros años del club en la entonces Copa Saporta, en los que una tarde de martes cualquiera, lluviosa, fría y en pleno mes de enero, jugando el Valencia CF apenas una hora después en Mestalla, te encontrabas la Fonteta a reventar de público ante un rival chipriota sin ninguna relevancia. Hace años que eso no ha vuelto a pasar, incluso cuando han venido a Valencia equipos de auténtica tradición y enjundia baloncestística. ¡Cómo para plantearse un pabellón con capacidad para 15.000 tíos!

 

Masclet de Bàsquet (@PAM_Enfurecido)

 

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