Valencia Club de… ¡Fútbol!

Es el tipo perfecto para llevar la nave social del valencianismo. Ese apartado lo domina como pocos. Sonríe, hace guiños necesarios, mide bien los tiempos… Vamos, que se trata de un tipo interesante para el gran público. Además pide la unión del valencianismo y sabe tocar la fibra sensible. Hablo de Amadeo Salvo, presidente del Valencia. Es más, teniendo en cuenta lo bien que maneja el tema, es una pena que no hable más veces.

Porque el club tiene un portavoz. Y la verdad es que no es fácil ser portavoz. Quizá sea la pieza más importante del engranaje. Un mal portavoz convierte una noticia positiva en algo normal… y transforma una noticia normal en un desastre.

El señor Rafael Bonmatí se metió, no se si queriendo o no, en un jardín peligroso al defender al entrenador ‘matando’ de rebote a los futbolistas. Y todos sabemos que este desaguisado sólo pueden arreglarlo los jugadores, El entrenador ni puede ni -lo que es peor- creo que sepa.

Cada uno hace su papel. Poli bueno y poli malo. Pero Amadeo, usted es el presidente del Valencia. Y a este club, en este momento, movimientos como los que conciernen al nuevo estadio, la fachada de las fotos, pintar las sillas, viajar a donde sea…. le importa lo justo. Porque en este momento, los aficionados no saben si pensar en Europa o rezar por no pelear con los de abajo.

Presidente, no me creo lo que me dicen de algunos de sus compañeros de consejo, que supuestamente dan por perdido el año. Espero que sea una mentira. Porque si en noviembre, con un equipo que se ha habituado a hacer el ridículo en las últimas semanas, ya pensamos en septiembre de 2014, lo mejor es coger la maleta y marcharse.

Yo creo que no. Que ustedes están trabajando para mejorar esto día a día. Que tomaran las medidas necesarias para que el equipo ilusione y que los aficionados se sientan orgullosos. Hasta el momento, en lo deportivo vamos dando tumbos -con una u otra estructura- y, además, todo el cariño que usted le otorga al entrenador es tan grande como la distancia que empieza a existir entre el serbio y la mayoría de los aficionados, que ven en Djukic a un buen tipo pero un entrenador flojísimo. Es más, si Djukic no hubiera jugado en el Valencia mítico de la década pasada, hace muchas semanas que estaría en su casita. Estoy convencido.

Si así es, contarán con el apoyo de muchos, de casi todos. De lo contrario, usted y su consejo pasarán a la historia como buenos gestores de imagen pero nulos en el plano deportivo. Recordemos que esto es un equipo de fútbol, hasta que otros decidan lo contrario. Ojalá no ocurra.

 

Carlos Egea (@cegeavivo)

Periodista NOU Radio

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