¿Y si ha nacido un nuevo Valencia?

Kipling lo dijo: «La fuerza del lobo esta en la manada». Gran verdad. Ese es el resutlado de la unión: cuando el ser humano se junta y empuja en la misma dirección, no hay crisis que se le resista. Y esto, que parece fácil, es de una complejidad tremenda. Por egos, por personalismos, por inmadurez, por simplicidad, por lo que sea… No es fácil.

Y el Valencia, hasta ayer, era un lobo solitario, orgulloso, escéptico, insensible. Un equipo sin alma que paseaba sus miserias y sus estupideces. Pero ayer eso cambio. Escribiría lo mismo si el equipo no hubiese ganado. Porque lo digo siempre: no sólo es importante la victoria. Es la culminación, pero no lo único importante.

Ayer los valencianistas se sintieron satisfechos de los suyos, de su entrega, de sus ilusión, de su compromiso. Y eso es lo que quiere el aficionado: compromiso y profesionalidad. Porque con eso, lo imposible se ve factible.

Y todos parecían mejores y el rival un muñeco. Dio igual un mal arbitraje y un empate injusto -momentáneo, por suerte-. Ayer el Valencia era el equipo que enamoró a esta grada. Sin mucho fútbol, porque no tiene mas, pero con todo el corazón del mundo. No podemos exigir a este equipo cosas que ni puede ni por desgracia sabe hacer. Pero si que hay que exigirle las que domina.

Y personalmente, me alegre sobretodo por el míster, por Djukic. Conozco esa soledad que siente, esa tristeza. Pasar de que todos te abracen, te saluden, a que te animan a volverte invisible… es tremendo. Y esta sociedad es demasiado cruel cuando las cosas no van como lo esperamos.

Además duele que aquellos que te subieron a los cielos te manden al mes al infierno.Y debe doler que los oportunistas ese mismo día te crucifiquen. Ex jugadores, analistas, periodistas. Es mas fácil criticar a uno que a 25 pero también es mas rastrero se lo aseguro. Y eso no quiere decir que no se critique desde la educación y el respeto.

En la vida siempre hay un momento en que un ‘click’ lo cambia todo. En lo personal y en lo profesional.  Quizá ese momento se vivió ayer. Pero no será fácil que dure mucho: nada en la vida lo es.

Ayer pudo nacer un nuevo Valencia, con Fede como ilusionista y con una afición que cree en su equipo. Ahora toca trabajo y más trabajo. Todos se han dado cuenta de que pueden, solo falta querer. Y esa es decisión de ellos. Sobretodo, de los jugadores.

 

Carlos Egea (@cegeavivo)

Periodista Radio Nou

Ir arriba