El panorama laboral para los jóvenes españoles es desolador, un millón de ellos están en paro, el 57% del total. Motivo por el cual huir de España en búsqueda de empleo se hace más por necesidad que para aprender idiomas como intentan hacer ver. La principal razón de esta situación es la falta de demanda, es decir, hay muchos jóvenes sin trabajo porque no hay puestos que cubrir. Así lo recoge un estudio elaborado por la consultora McKinsey a partir de 8.000 cuestionarios entre jóvenes, empresas y centros de formación en 8 grandes países europeos y que arroja cierta luz sobre el asunto. Los seis puntos débiles del sistema educativo español según la consultora son:
1.Elevados costes por estudiar en la universidad
Estudiar en las universidades españolas cada vez es más caro. Si bien en cierto que el precio de las matrículas no pueden compararse a las de otros países como EEUU, en Europa sí existen naciones cuyas tasas universitarias son muy bajas. Por ejemplo, en Francia, el primer curso de Medicina ronda los 200 euros; en España – y depende de la comunidad autónoma- está cerca de los 2.500 euros. Así, la investigación califica que el 29% de los jóvenes se declaran incapaces de obtener educación superior debido a su coste.
No obstante, aseguran que este asunto en más complejo que el coste de las tasas. Mona Mourshed, directora de McKinsey, asegura que las matrículas están muy subvencionadas en Europa y que el problema real no es tanto ese, sino el coste de vida. No es fácil mantenerse durante cuatro años, que es lo que se tardaría de ir a curso por año, lo que requiere, es ciertas ocasiones, una dedicación completa que no permite estudiar al mismo tiempo.
2. El estigma de la Formación Profesional
«La formación profesional se considera una opción inferior» en España, asegura el informe. «Increíblemente -cita el estudio- un 77% de los estudiantes de universidad creen que la educación profesional es más útil que un grado universitario para encontrar un empleo».
3. Culpa de las instituciones académicas
Los centros de estudios no se han adaptados a los nuevos tiempo. No han conseguido llegar al entorno de post-crisis financiera y económica que sufre el país. De esta forma, mientras el número de personas empleadas en el sector constructor ha caído un 62% desde el año 2005, el número de graduados en arquitectura e ingeniería civil ha crecido un 174%.
El estudio asegura que uno de los problema del sistema educativo es la «elevada regionalización», a su vez «ferozmente defendida», que genera pocos incentivos para que los proveedores de educación coordinen su oferta a nivel nacional. Xavier Prats, subdirector general de la Comisión Europea para Educación y Cultura, mencionó que un graduado universitario de España e Italia sale con menos conocimientos que un estudiante que ha acabado la secundaria en Finlandia o Japón.
En este sentido, el informe indica que «los jóvenes no están aprendiendo las habilidades generales que las empresas necesitan», ya que existe una «gran diferencia» entre el número de empresarios que consideran ciertas habilidades importantes y el número de jóvenes que son competentes en ellas. McKinsey también indica que las empresas no se comunican lo suficiente con los centros educativos para transmitirles sus necesidades.
4. Las pymes no quieren recién graduados
«En España, las pequeñas empresas no pueden o no van a dedicar recursos a entrenar gente joven«, afirma el informe. En concreto, asegura que el 70% de las empresas con menos de diez empleados prefieren contratar empleados con experiencia. El elevado nivel de desempleo general -27%- hace que esa alternativa sea realmente fácil.
5. Falta de apoyo para encontrar empleo
Un 73% de los estudiantes encuestados creen que no han recibido la formación suficiente sobre cómo encontrar un trabajo. Según la consultora, informar a los estudiantes sobre las perspectivas laborales y salarios reduce en un 4% el desempleo en los primeros seis meses después de la graduación; mientras que apoyar en la elaboración de curriculums reduce esa tasa un 15%.
6. Falta de prácticas
«Aunque las practicas se asocian significativamente a tasas más bajas de desempleo», afirma el estudio, solo el 54% de los estudiantes universitarios y el 66% de los que estudian formación profesional hacen prácticas durante su etapa de formación.