La Unió de Llauradors lamenta que el precio de la almendra se haya desplomado las últimas semanas y haya frustrado las buenas perspectivas que los productores tenían depositadas para esta campaña, que ha empezado ya en algunas zonas de la Comunitat Valenciana su recolección.
El precio de la almendra en grano se situó a lo largo del mes de agosto, ligeramente, por encima de los 5 euros/kilogramo, lo que supone en relación al mismo mes de la campaña pasada un descenso de 3,55 euros/kilogramo, es decir, es decir, una bajada de la cotización del 42%.
El comportamiento ha sido similar en todas las comunidades autónomas, aunque la repercusión no será la misma, según la Unió. En Aragón, el descenso de precio ha sido cercano al 37%, pero se prevé una cosecha superior en un 17% a la de la campaña pasada, por lo que los ingresos se podrán compensar. Sin embargo, en la Comunitat Valenciana la bajada de precio es del 42% y se prevé un descenso de producción del 27%, «de ahí que los ingresos de los agricultores se verán doblemente afectados», asegura el colectivo agrario.
En las zonas productoras de la Comunitat Valenciana se prevé una producción de cerca de 4.400 toneladas, pero la grave sequía que se arrastra las últimas cuatro campañas podría reducir aún más los rendimientos y la cosecha sea incluso inferior.
Según datos de la asociación de agricultores, la situación que se ha originado en España, es decir descenso de precio y de producción, es radicalmente distinta a la que se observa en otros países productores. En Italia el precio de la almendra en julio había caído un 23% hasta situarse en una media de 7,68 euros/kilogramo, pero se espera un aumento de cosecha del 100%. En California (Estados Unidos) el precio que reciben los agricultores ha bajado un 6% pero la cosecha ha aumentado un 8% y se situara en unas 930.000 toneladas
El responsable de frutos secos de la Unió, Juan Pastor, califica esta situación para los productores “como indignante, y se pregunta si no hay nadie capaz de poner freno a esta especulación y poner un poco de orden en un cultivo que parecía que esta campaña iba a ser la tabla de salvación en gran parte de las comarcas de secano del interior”.
“Parece que hay una mano negra que se encarga de fulminar las ilusiones y no quiere que los productores de almendra salgamos de la miseria”, asegura. Además, cuestiona “por qué si España es un país que necesita importar mucha más almendra de la que produce, es decir, si existe una demanda que necesita el doble de la oferta, los precios pueden caer de esta manera».