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Aguas turbulentas

Hace unos días destacábamos desde esta editorial que la mar política en la que se asienta la política valenciana, entre tanto caso de corrupción, mala gestión, enchufismos y hasta algún festival de música cancelado, parecía tomarse unos días de descanso tras la resaca electoral. Pues bien, vuelven las aguas marejadas, o turbulentas, a la política valenciana. Ayer conocimos la dimisión de una secretaria de la Conselleria de Sanitat por, supuestamente, haber enchufado a su hija en un puesto relacionado con la investigación a través de un procedimiento poco claro, hasta el punto de que la propia Conselleria de Transparència dictaminase la poca claridad del proceso de selección.

Por si fuera poco, la portavoz de Medio Ambiente del GPP en Les Corts, Elisa Díaz, ha calificado como de “escandoloso” que la Generalitat vaya a desmantelar de manera subsidiaria las instalaciones de una gasolinera de la familia de la directora general de internacionalización. En este sentido, la portavoz popular ha pedido la dimisión de la directora general de Internacionalización de la Conselleria de Economía, Mónica Cucarella,  por usar su Consellería en beneficio propio y por no declarar y tratar de esconder su condición de apoderada de la gasolinera. Otro frente para el gobierno de Puig y Oltra.

Si a todo ello le sumamos la inestabilidad política por la que atraviesa a nivel general España y que no se sabe demasiado bien si obligará o no a celebrar unas terceras elecciones, con todo lo que ellos conlleva a la hora de generar preacuerdos, listas y candidaturas, el panorama se encuentra muy marejado.

En el PP tampoco están tranquilas las cosas, ya que el titular del Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, que investiga el presunto delito de blanqueo de capitales por parte de ediles y asesores del PP en el Ayuntamiento de Valencia, ha ampliado la investigación a un presunto delito electoral.

Y finalmente, en otro orden de cosas, más discretas son las disensiones internas en Ciudadanos, aunque van en aumento. Si recientemente conocimos la expulsión de su único diputado provincial en Alicante, hace pocos días se dieron dos nuevos escándalos en dos importantes localidades. El abandono del partido liderado por Albert Rivera de uno de sus concejales en Sant Joan d’Alacant y la denuncia del propio partido a su portavoz en Catarroja (Valencia) por desviar, presuntamente, fondos municipales a la empresa de su marido.

Las aguas no podían estar más turbulentas.

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