Bravo, doña Gabriela

Filtraciones que dejan en evidencia una crisis interna

¿Quién ha filtrado las grabaciones del Comité Federal del PSOE? Es la gran pregunta. Fuentes del PSOE andaluz apuntan a la Ejecutiva de Pedro Sánchez como responsable de las filtraciones. Sin embargo, de ser así, es difícil dilucidar a qué estrategia responde tal maniobra. De hecho, la cúpula de Ferraz ha sido la primera emisora de un comunicado en el que piden a la militancia que se respeten las normas internas del Comité, aprobadas por todos. Advierten que hay que ser transparentes, pero que hay ciertas convocatorias que requieren de confidencialidad.

El hecho a destacar, una vez realizadas las filtraciones y publicadas las grabaciones, donde se oye a distintos líderes socialistas como Díaz, Fernández Vara, Fernández o nuestro President, Ximo Puig; adoptando frente al resto de participantes diversas posiciones respecto al estado actual del PSOE y la posición respecto a los pactos. Palabras, muchas de ellas, cargadas de autocrítica y dardos envenenados a Pedro Sánchez, como si conocieran que, posteriormente, iban a salir a la luz.

Queda en evidencia, tras la filtraciones, un Pedro Sánchez maniatado por un baronazgo que rellena, en la formación del puño y la rosa, el vacío de liderazgo que la actual Ejecutiva espera recuperar en la militancia, mediante una votación de aprobación o refutación del futuro pacto de gobierno. Unas bases que no les perdonarían jamás, pero ahora más que nunca, una abstención para un gobierno del PP, un intercambio de sillones Colón esquina con Génova o un simple acercamiento a ese gran pacto de Estado que reclama la vieja guardia socialdemócrata. Pero las opciones por la banda izquierda tampoco parece que vayan a ser factibles, a no ser que se descafeínen las demandas de Podemos a lo largo de los próximos días.

Parece que a Pablo Iglesias ahora lo que menos le interesa es hablar de propuestas, sino de reparto de poder, cuotas y control de los medios públicos, como es normal. Es pura demagogia llegar a pensar que el establecimiento de los Ministerios no importa u otras cuestiones como, por ejemplo, el número de asesores, como ahora se le critica a Compromís. Todo político demócrata que se precie requiere de un equipo para poder realizar sus funciones de servicio público y siempre va tender a capitalizar la mayor cuota de poder posible para poder introducir las mejoras que él y su partido consideran prioritarias. No se le puede criticar eso a ningún partido. Pero si te dedicas a focalizar tu campaña en señalar eso como mala praxis política, cuando la corrupción de verdad nos está ahogando, y, una vez establecidos en el sistema, 65 escaños después, es normal que acaben por azotarte desde muchos frentes.

Esperemos que lleguen a entendimiento y no sigamos sin Gobierno por mucho tiempo. De lo contrario, quizás veamos, por primera vez en la historia de las democracias occidentales, a una gestora buscando alianzas para una investidura. Del PP no sabemos qué quedara.

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