Génova y sus decisiones en el Gobierno desprecian a Valencia y los valencianos. La Comunitat Valenciana es la tercera autonomía que menos dotación por habitante recibe del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI). Desde News Grup no creemos que nadie deba que sobresaltarse, ni sorprenderse, aunque sí indignarse y mucho. El fondo dedicado para corregir desequilibrios territoriales, así como hacer efectivo el principio de solidaridad entre autonomías, resulta que deja en tercer lugar por la cola en el reparto a la Comunitat Valenciana. Una vez más, el Ejecutivo de Mariano Rajoy se burla de los castellonenses, valencianos y alicantinos una vez más. La Comunitat Valenciana recibe una media de 11,17 euros por habitante, una cifra muy alejada de los 23,08 per cápita que recibe Extremadura, de los 22,01 euros de Canarias, los 18,98 de Andalucía, los 16,46 de Galicia o los 16,05 euros de Castilla-La Mancha. Respecto a los extremeños, los canarios, los andaluces, los gallegos o los castellano-manchegos, otra vez somos tratados como españoles de segunda.
Para colmo nos colocan la etiqueta de corruptos y manchan la imagen de nuestra tierra, mientras que de Madrid o Andalucía no se habla. No criticamos que se investigue y se denuncie la corrupción públicamente en los medios, pero es que, últimamente, parece que la prensa tan solo es mala cuando se trata de hablar del pueblo valenciano y sus políticos. Los primeros en hacerlo son los líderes y personalidades del Partido Popular a nivel nacional. Rita Barberá no es santa, ciega, ni sorda. De confirmarse la presunta trama trama de blanqueo organizada en el PP de la ciudad de Valencia, es difícil pensar que no tuviera un mínimo conocimiento de lo que allí pasaba. Pero, si reflexionamos profundamente sobre el tema, caeremos en la cuenta que los que tanto critican a Barberá desde Madrid, la dejan en la estacada en su peor momento e intentan sacar rédito de su desgracia también sabían lo que allí pasaba.
Rajoy, en innumerables ocasiones, ha puesto como ejemplo y paradigma del buen hacer político a la Comunitat Valenciana. Quería a Rus, sus ministros alababan a Barberá hasta hace dos días, quería que “lo que pasaba en Valencia pase en otros sitios de España”. Todo por mantener su feudo histórico, hasta que la mayoría absoluta del PP en nuestra tierra no se hizo efectiva una vez más y Rita, aquella gran figura que los populares aprovechaban con fines electoralistas, pasó al olvido. Hay que tener la cara dura para creerse que a nadie en Génova le conste lo que presuntamente aquí pasaba.