El presidente en funciones, Mariano Rajoy, anunciaba en la tarde del lunes, en la Junta Directiva Nacional del PP, los nombres de los candidatos del Partido Popular a integrar la Mesa del Congreso. La elegida era la hasta ahora ministra de Fomento, Ana Pastor, que finalmente obtuvo ayer el respaldo y los votos necesarios.
Pero antes de que se hiciera efectiva la propuesta y la votación, el PP se ha encontrado con lo que parecía, a priori, un escollo: el apoyo de Ciudadanos. La formación liderada por Albert Rivera ha presumido en las últimas semanas de mantenerse firme en sus propuestas electorales y sus promesas: el no al PP. En cambio, poco ha tardado en darle un giro a la situación, y el partido que alardeaba de que la cosa no iba de sillas y sillones ha obtenido dos cargos en la Mesa del Congreso, una Vicepresidencia y una Secretaría. Pero, claro, como ya dijo Tierno Galván: “Las promesas electorales están para no cumplirse”. Así que la primera batalla en el Congreso no ha sido tan complicada de vencer y ahora llega la segunda, la de conseguir el apoyo para que Mariano Rajoy sea presidente del Gobierno.
Mientras, entre los socialistas y Podemos empiezan los primeros gestos y guiños. No obstante, finalmente la formación que lidera Pablo Iglesias y sus confluencias apoyaron a Patxi López en la votación para la presidencia del Congreso. ¿Un acercamiento? Cuestión difícil de analizar, porque con Pablo Iglesias nunca se sabe. Nos tiene acostumbrados a sus tiras y aflojas y al ahora sí y ahora no. Aunque el panorama no es el mismo que el del 20D, con un PP más reforzado y una izquierda más debilitada.
Y a todo ello, cabe esperar más sorpresas de última hora, porque las formaciones nacionalistas se han mostrado ahora firmes en un no al PP, pero también nos tienen acostumbrados a que siempre han sido claves a la hora de conformar gobiernos, de derechas e izquierdas.