VALENCIA NEWS

La educación ya cansa

De nuevo hoy toca hablar de educación. Hace una semana, estuvo en el punto de mira y enfrentó a políticos y, lamentablemente, a los propios ciudadanos, a los valencianos y valencianas. El motivo fue la concentraron en la Plaza de la Virgen ante el previsible cierre de aulas concertadas. En definitiva: la actual política en materia de educación, el futuro de cualquier sociedad y que parece que a algunos no les queda muy claro.  Tras el cruce de declaraciones entre el Gobierno valenciano, empeñado en asegurar que no hay un conflicto, pero sí partidismo por parte del Partido Popular, los populares aseguran que su intención es la de llegar a un pacto por la educación por el bien de los valencianos y valencianas. Y así lo han reiterado los populares, escenificado su compromiso presentando una proposición de ley bautizada como el Pacto Educativo.

Un nombre apropiado y un paso digno de aplaudir. Pero, como ya nos tienen acostumbrados, la iniciativa no ha ido acompañada de pacifismo. De hecho, la portavoz del PP en Les Corts, Isabel Bonig, habla de pacto pero advierte: “Hemos dejado un tiempo prudencial al pacto del Titànic para conocer su modelo, pero llega un momento en que los gobiernos tienen que pasar a la acción y gobernar. Hemos pasado de un modelo de coexistencia pacífica a otro de un gobierno que, en teoría venía a cambiar el mundo, pero al final vemos que solo provoca enfrentamientos (…)”. Afirmaciones que han tenido una pronta respuesta por parte del portavoz socialista en la cámara autonómica, Manolo Mata, quien sostiene que el Pacto Educativo no es más que una posición política que pretende polarizar posturas, endurecer el debate y que nos devuelve a lo peor de los años 80, en los que los cardenales y los fundamentalistas eran quienes llevaban a la calle y a las posturas más enfrentadas el debate educativo.

Evidentemente, con esas maneras, hablar de pacto no tiene mucho sentido. Acuerden primero un código de buenas maneras, después siéntense, debatan y creen políticas educativas realistas, no discriminatorias ni partidistas. Con la educación no se juega y nos la estamos jugando.

 

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