Ya nos hemos metido de lleno en septiembre, y el mes no trae buenas noticias para el ex Ministro José Manuel Soria. El canario deberá esperar a encontrar una nueva ubicación, pues, desde la publicación de los polémicos papeles de Panamá en los que aparecía su nombre, no levanta cabeza. Soria pretendía ser el nuevo representante de España ante el Banco Mundial, algo que en tiempo preelectoral, por las citas de Galicia y País Vasco, y quién sabe si también a nivel nacional, no sentó nada bien.
No gustó en el PP, pues fueron varios los dirigentes, entre ellos el presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoó, quienes se desmarcaron del casi nombramiento y pidieron un mejor planteamiento del asunto. Tampoco gustó a sus socios de Ciudadanos, quienes se han unido al resto de la oposición para pedir que Luís De Guindos explique el nombramiento, y también la renuncia, de Soria ante el organismo internacional.
Por cierto. ¿Recuerdan aquel político de Ciudadanos imputado por fraude fiscal que fue apartado de la primera línea política y a los pocos meses fue contratado por el propio Ciudadanos como asesor? Pues algo así es el caso de Soria, sólo que el implicado aquí fue ministro y además es del PP.
Palos de ciego de un Gobierno en funciones que pide a gritos un final, sea cual sea, pues todos le son beneficiosos. Subiría en las encuestas si hay terceras elecciones. Y de elecciones va la cosa, pues quizás en la renuncia de Soria hayan tenido mucho que ver las citas vasca y gallega. Ya saben ustedes que como se dice en valenciano, ‘de baes ningún flare pega cabotaes’, y es que parece que en este país parece que hagan falta unas elecciones para que los partidos políticos entren en razón.