Bravo, doña Gabriela

Volkswagen saca los colores a la canciller Merkel

El pleno del Ayuntamiento de Valencia de ayer, entre otras, aprobó una moción por la cual el Cap i casal se adherirá al nuevo Pacto de Alcaldes el próximo 13 de octubre en Bruselas. Este pacto supone reducir las emisiones de CO2 a la Atmósfera en un 40% para el año 2030 y ya fue firmando con anterioridad (2008) con el horizonte de 2020 y la reducción del 20%. Todo sea dicho, la moción presentada por el concejal Jordi Peris contó con la unanimidad del plenario. Evidentemente, esta medida de lucha contra el cambio climático será de actuación progresiva desde el presente año hasta el horizonte 2030. Debemos tener en cuenta que -según informa la casa consistorial valentina- el 80% del consumo energético está asociado a la actividad de los urbanitas.

La puesta en marcha de esta moción cobra mayor valor después de la noticia bomba de la manipulación de los automóviles de la multinacional alemana Volkswagen para que en los test de control de sus vehículos diésel -parece ser que también en otros como furgonetas- ofrecieran niveles de contaminación dentro del rango de lo permitido. Estamos ante un doble fraude inaudito que deberíamos tomarnos muy seriamente por todas sus implicaciones. Por una parte el fraude al comprador que creía estar adquiriendo un automóvil con rangos de contaminación, digamos asumibles. Por otra, el incumplimiento de las leyes en materia de protección del medio ambiente, ese nuestro bien más preciado. Cuando aun resuenan, desvergonzadas y tal vez interesadas, las voces que ponían en duda la realidad del cambio climático, como aquellos que dudaban de Copérnico y su Heliocentrismo, el descubrimiento de la trampa de Volkswagen resulta si cabe, más repugnante. Gracias al estudio, por cierto del valenciano Vicente Franco, se le han visto las vergüenzas no solo del fabricante tudesco, si no también del propio Estado alemán. Ese que va dando lecciones de economía a diestro y siniestro, ese que se pone así mismo como ejemplo de las cosas bien hechas. Pues no, señora Merkel, hay tramposos, defraudadores, corruptos, no solamente en los pueblos del Mediterráneo europeo, el fraude de Volkswagen pone en evidencia todo una forma de trabajo por la cual deberían pedir disculpas y obligar al fabricante a correr con todos los gastos de readaptación de los automóviles con los cuales engañaron a los ciudadanos. En cualquier caso, saludamos la adhesión de Valencia-ciudad al Pacto de alcaldes y estamos seguros que las otras ciudades importantes valencianas como Alicante, Elche o Castellón, también se sumarán a esta iniciativa.

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