Ere tras Ere

Algunas familias virtuosas, inquietas por las actividades de una de las hijas, amodorran su vigilancia al beneficiarse de los cuantiosos ingresos que la joven aporta a través de su trabajo como «relaciones públicas», que es el eufemismo con el que se suele denominar la prostitución selectiva. Puede que, en alguna discusión vecinal, un vecino pronuncie la palabra maldita, puta, y será entonces, no cuando la familia abra los ojos a la realidad, sino que cerrará filas para defender el honor de la hija casta, vilipendiada por la envidia de los demás.

Así actúan en el PP con el caso Bárcenas, y de manera idéntica reaccionan los socialistas con el caso de los ERE. Desde la «Causa general contra el PP» sugerida por alguna cabeza popular, más dispuesta a embestir que a pensar, hasta la perplejidad de Elena Valenciano por el motivo de que la juez Alaya no le pregunte a ella cuál es programa de festejos del PSOE no sea que sus resoluciones puedan interferir en algunos de los eventos previstos.

El problema es que el vecindario ha descubierto que había una puta en la familia, y la familia se siente ofendida, porque si confiesa que estaba al tanto pone de manifiesto su complicidad.

Ni siquiera los votantes del PP dudan de que Bárcenas actuara por libre y consiguiera dinero por su arrolladora simpatía, y tampoco es creíble que fueran tan estúpidos como para pensar que el tesorero era millonario por casa y se dedicaba al mecenazgo del partido.

Y, dentro del PSOE, hay cierta dificultad en encontrar a alguien, fuera de los imputados actuales, probables y respectivas familias, que esté convencido de que esa orgía de dinero destinado a los parados y que se repartían las empresas, los sindicatos y los políticos, se llevara a cabo sin que los altos cargos de la Junta de Andalucía se enteraran.

Cuando viene una lluvia de dinero, mana de manera constante, y lo trae una joven agraciada y sin preparación académica, la familia podrá hacerse la distraída pero sabe cuál es la actividad de la niña. A la familia del PP y del PSOE andaluz les han descubierto que tenían una puta en la familia. Aquéllos se horrorizan de Bárcenas, y éstos proclaman que no sabían una palabra del puterío organizado con el dinero de los parados. Y siguen erre que erre, mientras la juez Alaya sigue Ere tras Ere.

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